No hay que remontarse mucho en el tiempo para recordar cómo eran las vacaciones de la Familia Real Española. El Rey, el Príncipe Felipe y la Infanta Cristina participaban en las regatas de la Copa del Rey de Vela mientras la Reina Sofía y el resto de la Familia les seguía desde un barco.
Los tiempos han cambiado, y las circunstancias también, y todo es cosa del pasado. La estancia de los Borbón y Grecia en Mallorca ha tocado a su fin para la mayor parte de la Familia, aunque en 2013 sus vacaciones han sido más agradables que en el pasado 2012, que tuvieron un tinte amargo principalmente por las consecuencias del 'Caso Urdangarín'.
La fugaz estancia de la Infanta Cristina
La Reina Sofía ha sido la primera en llegar, como siempre, aunque tuvo que interrumpir su descanso para consolar a los heridos y a los familiares de las víctimas del accidente de tren de Santiago del pasado 24 de julio. Su Majestad volvió y reunió en Marivent a seis de sus ocho nietos. También se vio a las Infantas Elena y Cristina, pero la Duquesa de Palma solo viajó a Mallorca para dejar a sus hijos, después regresó a Barcelona con Iñaki Urdangarín.
Esos fueron los días dorados para la Reina. Cada día llevaba a Felipe, Victoria, Juan, Pablo, Miguel e Irene al club náútico de Calanova, en Mallorca, donde los niños Lugo y Palma realizaron el tradicional curso de vela que cursan cada verano, y que en 2012 los Urdangarín no hicieron debido a su breve estancia en la isla.
Regatas, peleas y posados
Mientras los niños hacían el curso, el Príncipe Felipe participó en las regatas con el Aifos, y al término de la competición entregó los premios a los ganadores de la XXXII edición de la Copa del Rey de Vela. No hubo ni rastro de la Princesa Letizia, que apareció por sorpresa en la ceremonia en la que los Marichalar y los Urdangarín recibieron su diploma acreditativo en Calanova. Doña Letizia acudió con sus hijas, las Infantas Leonor y Sofía, y se 'improvisó' un posado familiar con la Reina, la Princesa, la Infanta Elena y los ochos nietos del Rey.
Pero no todo fue tan idílico, pues en la entrega de diplomas, Felipe Juan Froilán se enfadó con su primo Pablo, al que dio un cabezazo e intentó clavarle el palo de un pincho moruno que se había servido en la merienda posterior a la entrega. Uno de los responsables de la Escuela de Vela les separó y la pelea quedó ahí. Posteriormente, en el citado posado familiar, Froilán dijo a la prensa, "¿Cuántas fotos lleváis ya?", lo que fue contestado por la Duquesa de Lugo con una pequeña colleja, eso sí, sin perder en ningún momento la sonrisa.
Al día siguiente ocurrió un incidente que finalmente no tuvo mayores consecuencias. Irene Urdangarín estaba jugando en la piscina de Marivent cuando se cayó y se dio un golpe en la cabeza, por lo que la Reina la llevó al hospital. Allí permaneció media hora, se le colocó un collarín y la pequeña pudo volver a casa.
Posteriormente los niños Marichalar y Urdangarín se fueron de Mallorca. El Rey llegó para iniciar su actividad oficial, y el lunes los Príncipes Felipe y Letizia realizaron un posado en la Granja de Esporles con las Infantas Leonor y Sofía, un cambio de escenario tras elegir Sóller en 2012. El martes tuvo lugar la cena con las autoridades de Baleares, con la inclusión de la Infanta Elena, que el año anterior no había acudido. El miércoles, Doña Letizia y Doña Elena se fueron juntas a Madrid, dejando en Marivent a los Reyes, al Príncipe y a las Infantas Leonor y Sofía.
Tras el despacho que el Rey mantuvo con Mariano Rajoy el viernes y el posterior almuerzo, Don Juan Carlos se fue de Mallorca con sus nietas Asturias. Antes de eso, la Reina Sofía y el Príncipe Felipe salieron a navegar con Leonor y Sofía. Finalmente, Doña Sofía y Don Felipe se han quedado en Marivent, palacio que abandonará Su Majestad la última, pues el Príncipe viaja el 14 de agosto a Paraguay para asistir a la toma de posesión de Horacio Cartes como presidente del país. Después se irá de vacaciones privadas con Doña Letizia y sus dos hijas.