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LOS WESSEX

Lo que la muerte del Duque de Edimburgo ha supuesto para el Príncipe Eduardo y Sophie de Wessex y sus hijos

Lo que la muerte del Duque de Edimburgo ha supuesto para el Príncipe Eduardo y Sophie de Wessex y sus hijos
Guillermo Álvarez
Publicado el Jueves 10 junio 2021 10:00 Última actualización: Jueves 24 junio 2021 14:59
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El Príncipe Felipe designó como depositario principal de su legado al Príncipe Eduardo, que cuenta con el apoyo incondicional de la Condesa de Wessex.

La Reina Isabel y el Duque de Edimburgo tuvieron cuatro hijos en dos épocas diferentes. Los dos mayores, el Príncipe Carlos (1948) y la Princesa Ana (1950), nacieron en sus tres primeros años de matrimonio, cuando tan solo eran los Edimburgo y el trono parecía todavía lejano. Los dos pequeños, el Príncipe Andrés (1960) y el Príncipe Eduardo (1964), simbolizan la segunda oportunidad para un matrimonio que vivió horas bajas entre mediados y finales de los años 50 del siglo XX. Quizás por eso, y por cuestiones de carácter, para la Reina, su favorito es el Duque de York. Para el Príncipe Felipe, poco amigo de sentimentalismos, su predilecta siempre fue la Princesa Ana.

La Reina Isabel y el Duque de Edimburgo con sus cuatro hijos en sus bodas de diamanteLa Reina Isabel y el Duque de Edimburgo con sus cuatro hijos en sus bodas de diamante

Sin embargo, por muy favorita y favorecida que fuera Ana, que recibió la dignidad de Princesa Real en 1987, un honor destinado a la mayor de las hijas del Rey o Reina, no podía heredar los títulos de su padre. Resulta contradictorio que si bien los dos monarcas de Reino Unido con los reinados más largos son mujeres, la Reina Victoria I y la Reina Isabel II, no solo prevaleció el varón sobre la mujer en la sucesión hasta que el Acuerdo de Perth de 2011 logró la modificación legal pertinente que provocó que desde 2013 no exista discriminación por razón de sexo, sino que las mujeres no heredan los títulos nobiliarios por sí mismas salvo excepciones muy concretas.

Así, si bien el heredero de la Corona es el Príncipe Carlos por ser el primogénito, la Princesa Ana debería haber podido heredar los títulos de su padre. No fue así, y teniendo en cuenta que cuando se casó con Mark Phillips en 1973, la pareja renunció a aceptar un título que le ennobleciera y a sus hijos, no parece que la Princesa Real haya estado muy interesada en seguir los pasos de ese padre que en tanta estima le tuvo, algo por otra parte totalmente recíproco. En su lugar, el heredero del Duque de Edimburgo fue su hijo pequeño, el Príncipe Eduardo, tan alejado en la línea de sucesión como importante en la Casa Real Británica por la confianza que la Reina tiene depositado en él, así como en su mujer, Sophie Rhys-Jones. Pero esa es otra historia.

Los Condes de Wessex el día de su bodaLos Condes de Wessex el día de su boda

Sea porque el Duque de York solo tiene hijas, y por tanto el Ducado de Edimburgo no podría ser transmitido, o sea por la afinidad con su hijo menor y por el cariño a su nuera, la favorita de la Reina y seguramente también del Príncipe Felipe, el Duque de Edimburgo tuvo claro que si alguien debía continuar su legado, ese sería el Príncipe Eduardo, que además cuenta con el apoyo incondicional de la Condesa de Wessex. En su momento, el Príncipe Eduardo renunció a recibir un ducado, como manda la tradición, con ocasión de su boda.

En su lugar pidió a la Reina que le nombrara Conde de Wessex, una referencia a uno de los antiguos reinos que formaban Inglaterra y a la película 'Shakespeare in Love', donde Colin Firth interpretaba al Conde de Wessex. Así, cuando el Príncipe Eduardo se casó con Sophie Rhys-Jones el 19 de junio de 1999, la Reina le obsequio con los títulos de Conde de Wessex, Vizconde Severn y Conde de Forfar. Sería el único príncipe real que no sería duque, pero con la condición de que algún día sería Duque de Edimburgo. Y así será, aunque no de forma inmediata.

El Príncipe Eduardo y Sophie de Wessex con su hija Lady Louise observan los homenajes al Duque de Edimburgo en Windsor CastleEl Príncipe Eduardo y Sophie de Wessex con su hija Lady Louise observan los homenajes al Duque de Edimburgo en Windsor Castle

A la muerte del Príncipe Felipe, fallecido el 9 de abril de 2021 a los 99 años, sus títulos pasaron a su primogénito varón, que se convirtió quisiera o no en el II Duque de Edimburgo de la creación de 1947. Así lo confirmó The College of Arms tras la muerte del consorte de la Reina Isabel: "El Duque de Edimburgo recibió título de Alteza Real el 19 noviembre de 1947. Al día siguiente, 20 de noviembre, fue nombrado Duque de Edimburgo, Conde de Merioneth y Barón Greenwich. Estos títulos son hereditarios y tras la muerte de Su Alteza Real han pasado a su hijo mayor, Su Alteza Real el Príncipe de Gales. En el caso de que el Príncipe de Gales o cualquier posterior titular de estas dignidades alcancen el trono, estos títulos pasarán a la Corona". Por ello, tiene que morir o abdicar la Reina Isabel para que estas dignidades se fusionen con la Corona. Una vez ocurra, el ya Rey Carlos dispondría que su hermano recibiera estos títulos, aunque esto conllevaría otra creación.

El legado del Duque de Edimburgo, en manos de los Wessex

Para todo esto, hay que esperar, pero pasará. Así lo confirmaron los Condes de Wessex en una entrevista con The Telegraph publicada días antes del centenario del Príncipe Felipe, al que no llegó por dos meses y un día. En ella contaron cómo les llegó la propuesta antes de su boda. El marido de la Reina Isabel preguntó a su hijo si estaría dispuesto a ser el próximo Duque de Edimburgo : "Nos sentimos un poco aturdidos. Literalmente entró directamente y dijo: 'Bien. Me gustaría mucho que lo consideraras'", recordó la Condesa de Wessex, a lo que el Príncipe Eduardo añadió que la llegada del ducado será agridulce porque significa que sus padres han muerto.

El Duque de Edimburgo con el Príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones en el 60 aniversario del Premio Duque de EdimburgoEl Duque de Edimburgo con el Príncipe Eduardo y Sophie Rhys-Jones en el 60 aniversario del Premio Duque de Edimburgo

Eso sí, para lo que los Condes de Wessex no tienen que esperar es para continuar el legado del Duque de Edimburgo en el premio que lleva su nombre. Este galardón que creó en 1956 para premiar a jóvenes es uno de los grandes legados del Príncipe Felipe, y tanto su hijo como su nuera se han implicado. A ellos se les han unido sus dos hijos, Lady Louise y James Mountbatten-Windsor, que quieren participar en el Diamond Challenge.

El legado del Duque de Edimburgo está a salvo con ellos tanto con el galardón, como con el título. Después del Príncipe Eduardo estará su segundo hijo, James Mountbatten-Windsor, que además lleva y hace perdurar el apellido compuesto surgido de la decisión de la Reina Isabel de que sus descendientes no titulados pudieran usar este apellido que surge del suyo y del apellido que tomó el Príncipe Felipe cuando renunció a sus títulos y dignidades greco-daneses.

Los Condes de Wessex y sus hijos en Great British Beach Cleans en SouthseaLos Condes de Wessex y sus hijos en Great British Beach Cleans en Southsea

A nivel económico, la pérdida de Duque de Edimburgo no ha supuesto mucho. La principal heredera del Príncipe Felipe es la Reina, por lo que será a la muerte de la Monarca cuando la fortuna sea repartida entre sus hijos. Por lo pronto, el Duque de Edimburgo les dio la opción de coger los libros que quisieran de su fastuosa colección, mientras que a su nieta Lady Louise le legó su carruaje de caballos. La séptima nieta de la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo se contagió de la pasión de su abuelo por esta disciplina que comenzó a amar en la mitad de su vida y que le llevó a competir con éxito. Su nieta se ha sentido igualmente atraída, algo que ayudó a unirles y por lo que le ha dejado en herencia esta preciada posesión.

A nivel afectivo, la muerte del Duque de Edimburgo ha sido muy dura para toda la Familia Real Británica, pero en especial para los Wessex, que mantenían una relación muy estrecha con la Reina Isabel y el Duque de Edimburgo. Los Condes de Wessex contaron que durante el largo confinamiento se acercaban de vez en cuando a Windsor Castle para saludar desde la distancia a la Reina y al Príncipe Felipe.

Lady Louise Mountbatten-Windsor llevando un carro de caballosLady Louise Mountbatten-Windsor llevando un carro de caballos

También han declarado lo mucho que le echan de menos y cómo sus hijos todavía no se han hecho a la idea de que el Duque de Edimburgo ya no esté y que siguen esperando que su abuelo aparezca para visitarles o que dé consejos a Lady Louise sobre las carreras de carruajes. Además, el Príncipe Eduardo manifestó a BBC en el que hubiera sido el día del centenario de su padre que si bien el Duque de Edimburgo no deseaba la celebración de su siglo de vida, a ellos les hubiera encantado haber podido hacerlo. Al menos les quedan los recuerdos y un legado imborrable.

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