Nunca se supo realmente si el deseo de Meghan Markle fue el de parir en casa, es decir, en Frogmore Cottage. Lo que ahora sí se ha sabido a través de Daily Mail es que si la Duquesa de Sussex quería dar a luz en su residencia, se ha quedado con las ganas.
Sus deseos de un parto en casa seguramente tenían más que ver con sus ganas de que el nacimiento de su bebé estuviera rodeada de la máxima privacidad, algo que no ha podido ser. El citado medio asegura que el pasado domingo 5 de mayo, la Duquesa de Sussex fue trasladada de urgencia a un centro médico para alumbrar allí a su primogénito.
La pareja salió de Frogmore Cottage con el máximo sigilo, aunque también con toda la seguridad necesaria para el momento, ya que le acompañaba un equipo de seguridad de Scotland Yard. El destino no es seguro, aunque la prensa británica apunta a que fueron al Hospital Portland de Londres, una maternidad en la que nacieron las Princesas Beatriz y Eugenia de York, por lo que también está vinculado a la Familia Real Británica.
El Príncipe Harry y Meghan Markle en MarruecosLo que sí está claro es que el parto fue rápido y bien, ya que pocas horas después de que vinieran al mundo el Baby Sussex, madre e hijo estaban de vuelta en Frogmore House, habiendo conseguido despistar así a la prensa, a la ciudadanía y si me apuras, casi a la Casa Real Británica, que se lío con el comunicado en el que señalaba que Meghan Markle estaba de parto cuando lo cierto es que el niño llevaba con vida desde las 05:26 horas.
El nacimiento del Baby Sussex, un asunto privado
Así, Meghan Markle no habría conseguido parir en casa, pero sí mantener el nacimiento con cierta privacidad. Sin ir más lejos, no solo no se sabe con exactitud dónde ha nacido la criatura, sino que tampoco se conoce qué médicos estuvieron en el parto, algo que sí se suele comunicar y que Buckingham Palace no ha querido desvelar en el tablón en el que se ha anunciado el natalicio. Por otro lado, la Casa Real Británica no ha dado más detalles al considerar que se trata de un asunto privado, por mucho que se trate de la llegada al mundo de una persona que va a vivir de los contribuyentes británicos.
