La pareja estuvo invitada a la recepción, donde se codearon con políticos, aristócratas, empresarios y presentadores.
Es tradición desde hace tres décadas que los Reyes de España ofrezcan una recepción en el Palacio Real. Así, tras presidir desde la Tribuna Real ubicada en la Plaza de Lima de Madrid el desfile militar, el Rey Felipe y la Reina Letizia se trasladaron al Palacio de Oriente para recibir a los en torno a 1500 invitados que disfrutaron de este evento.
Ya sin la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, que asisten al desfile militar pero no a la recepción, el Jefe del Estado y su consorte saludaron uno a por uno a las numerosas personas a los que Casa Real había hecho llegar una invitación para celebrar con ellos el Día de la Hispanidad.Con la cuestión catalana sobrevolando en el ambiente, y un cierto aire de optimismo entre el Ejecutivo de Rajoy por cómo están sucediendo los acontecimientos, los invitados tampoco han podido olvidar la tragedia vivida este mismo 12 de octubre con la muerte de Borja Aybar, piloto del caza Eurofighter del Ejército utilizado en la exhibición aérea del desfile militar, que se ha estrellado cerca de la base de Los Llanos (Albacete) cuando regresaba de Madrid.
Pese a la desgracia, no se ha alterado el acto, y los Reyes han ido saludando al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, a la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, así como al resto de miembros del Ejecutivo a excepción del ausente Luis de Guindos.Entre reinas
Por el Palacio Real ha pasado también Pedro Sánchez, Albert Rivera, así como los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, además de los presidentes autonómicos que han acudido. No se lo han perdido tampoco Esperanza Aguirre, Adolfo Suárez Illana, Cayetana Álvarez de Toledo, Pedro Piqueras, Juan Ramón Lucas, Sandra Ibarra, Alfonso Martínez de Irujo, Alicia Koplowitz, Carlos Herrera, Nieves Herrero, Pedro J. Ramírez, Ainhoa Arteta, Luis del Olmo y Manuela Carmena, entre otros.
La reina de las mañanas televisivas, Ana Rosa Quintana, acudió un año más, siendo la gran ausente Susanna Griso. Otra reina de la pequeña pantalla que se dejó caer por el Palacio Real fue María Teresa Campos. La presentadora, cada vez más recuperada del ictus que sufrió en mayo, acudió a la recepción acompañada de su inseparable novio Bigote Arrocet, que a buen seguro amenizó la velada a más de uno.