LA VIDA DE UNA INFANTA

La vida de la Infanta Pilar de Borbón: exilio, una enfermera ejemplar, escándalos y salidas de tono

La hija mayor de los Condes de Barcelona sufrió el exilio, trabajó como enfermera, se casó por amor, formó una gran familia y fue conocida por su mal genio y sus salidas de tono.

Guillermo Álvarez 08 Enero 2020 en Bekia

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Los Príncipes Juan y María de las Mercedes, hijo y nuera respectivamente del Rey Alfonso XIII y la Reina Victoria Eugenia de España, contrajeron matrimonio el 12 de octubre de 1935 en la Basílica de Santa María de Los Ángeles de Roma. Se casaba así el heredero al entonces inexistente trono de España con la esperanza de perpetuar pronto la dinastía Borbón. María de las Mercedes de Borbón-Dos Siclias se quedó pronto embarazada, y nueve meses más tarde nació un bebé. La pena (eran otros tiempos) es que la criatura fue una niña, así que había heredera, pero habría que esperar a que llegara el ansiado varón, que sería el que llevaría las riendas de la dinastía.

La niña fue bautizada como María del Pilar Alfonsa Juana Victoria Luisa Ignacia de Todos los Santos y sus padrinos de bautizo fueron su abuelo paterno, el Rey Alfonso XIII y su abuela materna, la Condesa viuda de Caserta. Se le dio tratamiento de Alteza Real y dignidad de Infanta de España, si bien es cierto que era de forma nominal y no oficial al ser entonces su país una República. Pilar de Borbón había venido al mundo un 30 de julio de 1936 en Cannes, Francia, lugar en el que Don Juan y Doña María se había instalado debido al exilio de la Familia Real Española.

Cuando nació, habían pasado casi dos semanas desde el sublevamiento fascista que derivó en la Guerra Civil Española. Sin embargo, ella abrió los ojos por primera vez en la vecina Francia, donde la inestabilidad del país y la victoria del Frente Popular en las elecciones galas provocaron algunos altercados que hicieron que la Familia Real se marchara de la Costa Azul para instalarse en Roma, donde pasó los primeros años de su vida. De ahí, los Barcelona, como eran conocidos debido al título que tomó Don Juan, se desplazaron a Suiza, para finalmente optar por Estoril (Portugal) para así estar más cerca de su tierra.

La que fue nieta, hermana y hasta su muerte tía del Rey de España, vivió una larga vida entre alegrías familiares, escándalos y con una salud maltrecha que le hizo pasar un último año complicado. A sus problemas de movilidad se le unió un cáncer de colon contra el que luchó entre principios de 2019 y el 8 de enero de 2020, día en el que murió a los 83 años en el Hospital Ruber de Madrid tras haber pasado 3 días ingresada por una bronquitis que complicó su ya delicado estado de salud. En las ocho décadas que pasó sobre la Tierra vivió mucho, muy bueno y también muy malo, pero 4 son los momentos, acontecimientos o situaciones que más han marcado su vida.

1Una valiente Infanta exiliada de profesión enfermera

La vida de una Infanta de España en el exilio no tiene nada que ver con la de una que ejerce, como en su momento las Infantas Elena y Cristina. Pilar de Borbón tuvo que crecer lejos de su país, ya que aunque nació en Francia y creció en Portugal, ella siempre se ha considerado española. Al menos, su infancia y juventud transcurrió en Estoril, localidad costera portuguesa situada a unos 240 kilómetros de la frontera con España en Badajoz, una ciudad que posteriormente fue muy importante para ella.

Como no podía ejercer de Infanta y no pensaba quedarse en casa, concretamente en Villa Giralda, un estupendo chalé en el que vivieron durante el exilio los Condes de Barcelona, quiso ejercer como enfermera. Se formó en la Escuela de Enfermería Arturo Ravara de Lisboa, donde estudió los tres cursos reglamentarios. Aguerrida, con temple y muy voluntariosa, trabajaba con ahínco, como una más, dejando de lado que era toda una Infanta de España, poco habituadas al trabajo. Contaba con 26 años cuando el 27 de mayo de 1963 se hundió el techo de la estación Cais do Sodré, precisamente la que conecta Lisboa con Estoril. Empleada en el hospital Dos Capuchos, se trasladó hasta el lugar de los hechos para ayudar a los heridos. Demostró un gran valor y una templanza que ayudó a levantar la moral de otras compañeras más impresionables. Fue condecorada por el Gobierno de Portugal, entonces regido por el dictador Salazar.

2 La trágica muerte de su hermano Alfonsito

La Infanta Pilar nunca llevó bien que pese a que ella era la mayor, todas las atenciones fueran para su hermano Juan Carlos, que era el heredero al ser un varón. Aunque siempre se llevó bien con él, Doña Pilar tenía especial afecto a los pequeños de la casa, el Infante Alfonso y la Infanta Margarita, que nació ciega y necesitaba más cuidados. Como hermana mayor, Pilar protegía a los pequeños y estaba muy unida a todos ellos.

Ni en sus peores pesadillas podría imaginarse la desgracia que azotaría a su núcleo familiar y que rompería para siempre a los Barcelona. El 29 de marzo de 1956 era Jueves Santo y llovía con ganas en la señorial Estoril. Juan Carlos estudiaba en Zaragoza, pero estaba en casa pasando las vacaciones de Semana Santa. Tras una competición de golf matinal, los hermanos estaban aburridos en Villa Giralda, así que pidieron una pistola a su madre. María de las Mercedes pensaba que estaba descargada, así que ante la insistencia de sus vástagos fue a buscar el arma para que se entretuvieran un poco.

La Infanta Pilar oyó un disparo que nunca ha podido olvidar. Cuando acudió a ver qué pasaba vio a su hermano Alfonsito en un charco de sangre. Aunque era enfermera, poco pudo hacer. El Infante Alfonso de España estaba muerto. Don Juan, roto de dolor, se dirigió a su único descendiente varón superviviente, Juanito, y le dijo: "Júrame que no lo has hecho a propósito". La Infanta Pilar nunca ha podido olvidar a su hermano, un muchacho al que adoraba y al que desgraciadamente no pudo salvar.

3 Su verdadero amor no era Balduino de Bélgica, sino Luis Gómez-Acebo

Como toda Infanta de España hasta entonces, debía casarse por motivos familiares o de Estado. Así, el Conde de Barcelona vio en el Rey Balduino de Bélgica, un candidato perfecto para casar a su primogénita, una muchacha de entonces 23 años, no muy agraciada ni distinguida e Infanta de un país sin trono ni rey, que ni tenía muchas posibilidades de encontrar muchos partidazos. Corría el año 1959 cuando Don Juan envió a su hija a Bélgica para que conociera al tímido y beato Monarca.

La Reina Victoria Eugenia recomendó a su nieta que llevara consigo a una dama de compañía poco agraciada para que no le hiciera sombra, así que Pilar de Borbón escogió a Fabiola de Mora y Aragón, hija de los Marqueses de Casa Riera. La Infanta Pilar no congenió nada con Balduino, en cambio Fabiola se ganó el corazón del Rey de los Belgas. A Doña Pilar le pareció lo mejor que podía haber ocurrido, dio su bendición a la pareja, y el resto de la historia ya se conoce.

Ella volvió a Estoril soltera y sin ganas de casarse, y así siguió hasta que el 5 de mayo de 1967 se casó en el monasterio de los Jerónimos de Belém de Lisboa con Luis Gómez-Acebo y Duque de Estrada, aristócrata español que rehabilitó para su boda el título de Vizconde de la Torre para ostentarlo junto a su regia esposa. Su historia de amor comenzó cuando se conocieron en casa del Rey Simeón de Bulgaria, casado con Margarita Gómez-Acebo, prima hermana de Luis Gómez-Acebo. Su noviazgo no fue fácil, ya que los Condes de Barcelona no querían que su primogénita se casara con un hombre alejado de la realeza; por mucho que fuera aristócrata por los 4 costados, entonces no servía.

Finalmente entendieron que le amaba y que tendrían que aceptar, por lo que dieron el sí a su hija. La Infanta Pilar recibió el ducado de Badajoz de parte de Don Juan con ocasión de su enlace, para que pudiera compartirlo con Luis Gómez-Acebo, y el dictador Franco le concedió el derecho a usar el título en España, donde vivía la pareja. El matrimonio fue muy feliz hasta que la enfermedad se cebó con el Duque de Badajoz, que falleció el 9 de marzo de 1991 tras largos años de lucha contra un cáncer linfático que llevó la vida de él, la felicidad de ella y el dinero de los dos.

Con Luis Gómez-acebo tuvo cinco hijos. Simoneta, la mayor (1968), estuvo casada con José Miguel Fernández Sastrón, padre de sus tres vástagos: Juan, Pablo y María de las Mercedes. Juan (1969), que heredó el vizcondado de la Torre, tiene un hijo llamado Nicolás junto a una estadounidense llamada Winston Holmes Carney con la que se casó un año después del nacimiento de la criatura. El matrimonio se disolvió.

Bruno (1971), tuvo a Alejandro, Guillermo y Álvaro junto a su esposa, Bárbara Cano. Beltrán (1973), fue padre de dos hijos, Luis y Laura, junto a la modelo Laura Ponte. Pocos días antes del 80 cumpleaños de la Infanta Pilar vino al mundo Juan, nacido de su unión con Andrea Pascual. Fernando (1974), conocido como Coco, se convirtió en padre primerizo mes y medio antes del nacimiento de su sobrino Juan. El aristócrata vio nacer a un niño llamado Nicolás, fruto de su relación con la periodista griega Nadia Halamandari. Con 5 hijos y 11 nietos, la Infanta Pilar tuvo una gran familia.

4 Una mujer de carácter con la lengua muy larga

Si el Rey Juan Carlos ha sido todo un Borbón, más lo fue todavía su hermana mayor. Tenía un carácter autoritario, hosco y decía lo que le venía en gana cuando le venía en gana, lo que en algunas ocasiones le trajo más de un quebradero de cabeza. La relación entre la Duquesa de Badajoz y la Casa Real no era tan cercana al no tener tanto contacto con los Reyes Felipe y Letizia, pero durante años la prensa intentaba sonsacarle información, y a veces había suerte.

Cuando ya se venía hablando de que la Infanta Cristina iba a casarse con Iñaki Urdangarin, un periodista hizo creer a Doña Pilar que el compromiso ya era un hecho. Ella respondió de forma espontánea: "¿Ah, ya lo han anunciado? Pues sí, estamos encantados, es un chico estupendo". Tan estupendo le parecía y le pareció que no dudó en apoyarle incluso en público a pesar de la caída en desgracia de Iñaki Urdangarin por el Caso Nóos. La Infanta Cristina nunca pudo olvidarlo.

También se recuerda su altercado con Aída Nizar cuando el Rastrillo Nuevo Futuro del que fue presidenta de honor y benefactora estaba en peligro por la tragedia del Madrid Arena. En aquellos días también dio un golpe en la mesa y dejó claro a la alcaldesa de entonces, Ana Botella, que el Rastrillo se iba a abrir sí o sí, y que si tenia que encerrarse lo haría. Al final se salió con la suya. Fue precisamente el Rastrillo una de las grandes obras de Doña Pilar, que durante 50 años estuvo al pie del cañón para ayudar a los niños y jóvenes de Nuevo Futuro a los que se les daba un hogar. Todas las personas a las que apoyó siempre estarán en deuda con la Infanta Pilar.

Han sido varias sus meteduras de pata, sus salidas de tono, malas contestaciones y desaires. No son pocos los escándalos, pero el que se lleva la palma es que el la vinculó a los Papeles de Panamá en 2016. Su nombre apareció en la lista de los españoles con sociedades o cuentas offshore en este paraíso fiscal. Pilar de Borbón era titular junto a su difunto marido de una sociedad opaca que operó entre 1974 y 2014, casualmente poco antes de la subida al Trono de su sobrino, Felipe VI. La Infanta Pilar, se enfadó mucho, reconoció que era cierto e intentó seguir con su vida. Y con ella siguió hasta que la enfermedad fue más fuerte. Adiós a la Infanta Pilar, una mujer inolvidable.

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