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La tradición británica marca que la Familia Real celebra tras la comida de Navidad un día de tiro, llamado ' Boxing Day Shooting Feast ', donde algunos de los miembros de la realeza, especialmente los hombres, se unen con sus equipos de caza y disparan a diversos tipos de aves, como faisanes, perdices y patos. Esta es una de las actividades navideñas favoritas de la Reina Isabel II, a la que hasta hace unos años se la ha visto participando en la recogida de las aves en el campo de tiro. En esta ocasión, los Príncipes Harry y Guillermo fueron la representación de la Corona Real Británica durante la cacería.
Tras la ajetreada mañana en los campos de Wood Farm, la realeza vuelve a la casa para disfrutar de un rico, y caliente, almuerzo, donde todos los participantes comen en calcetines tras deshacerse de las botas llenas de barro. En esta ocasión, y para sorpresa de todos, Meghan Markle, acompañada de Kate Middelton, la Reina Isabel II y el Duque de Edimburgo han participado en el banquete.
La Duquesa de Sussex siempre se ha considerado a sí misma como una ferviente defensora de los animales, llegando incluso a negarse a vestir cualquier tipo de piel de procedencia animal. De hecho, hace unos meses saltó un rumor que decía que Meghan Markle había prohibido al Príncipe Harry tomar partido en cualquier tipo de cacería o deporte dañino para los animales. Pero fuentes cercanas a la Familia Real aseguran que esos rumores no pueden estar más equivocados.
Tradición familiar
Según las fuentes, la Duquesa de Sussex nunca le ha prohibido al Príncipe Harry que participe en las reuniones de tiro, a las que el Príncipe lleva asistiendo desde los 12 años. De hecho, el Duque de Sussex no planea dejar de practicar este deporte, habiendo adoptado recientemente un pequeño cachorro del labrador al que planea entrenar para ello. Lo que sí se puede sacar en conclusión es que la Duquesa respeta las aficiones de su marido, pero no las comparte, por lo que no estuvo presente en ninguna de las dos sesiones de tiro que le llevaron a cabo durante el día, y justo después del banquete volvió a la residencia de Sandringham

