ROYAL DE TERCERA

Eugenia de York, la princesa criticada y metepatas: cuando eres royal pero al mismo tiempo no lo eres

La hija menor del Duque de York es una royal de tercera que lucha por hacerse un hueco.

Guillermo Álvarez 11 Octubre 2018 en Bekia

Galería: La historia de amor de Eugenia de York y Jack Brooksbank

La Familia Real Británica no será tan venerada como la de Tailandia, cuyos ciudadanos profesan verdadera pasión por sus royals, pero la dinastía Windsor es sin duda la más icónica. Sin embargo, no todos sus miembros gozan del mismo favor de la ciudadanía, ya que mientras los Duques de Cambridge y los Duques de Sussex son casi venerados, otros Mountbatten-Windsor suelen llevarse poco más que críticas.

Una de ellas es la Princesa Eugenia de York. Tanto ella como su hermana mayor, la Princesa Beatriz, tienen tratamiento de Alteza Real, dignidad de Princesas de York, forman parte de la Familia Real Británica y se encuentran en la línea de sucesión. Sus títulos les corresponden legalmente por ser hijas del Duque de York, que a su vez es vástago de la Reina Isabel.

Sin embargo, se encuentran en una extraña posición. Son royals, y al mismo tiempo no lo son. La Familia Real Británica es muy extensa, no como en España, que va muy bien delimitada por Ley. En su caso hasta los primos de la Reina Isabel representan a la Corona, aunque para las Princesas de York se impuso que fueran y a la vez no fueran.

No tienen agenda oficial y por tanto no reciben ni una libra de la asignación de Casa Real. Solo representan a la Corona en actos en los que se abre la mano para que aparezcan todos los Windsor como Trooping the Colour o Ascot, o si acaso alguna Garden Party en Buckingham Palace. Esto provoca que no representan realmente a Reino Unido, y por tanto la ciudadanía no les deba nada y no sienta lo mismo que por otros royals con mayor presencia pública.

Críticas por los costes de seguridad

Y entonces llega una boda. Se supone que la de la Princesa Eugenia y Jack Brooksbank tiene un perfil más bajo, pero tan solo se diferencia en que el recorrido en carruaje por Windsor es más corto y en que BBC no la emite, al contrario que ocurrió con los enlaces de los Duques de Cambridge y de los Duques de Sussex. Su excusa es que no genera el suficiente interés para invertir en la cobertura necesaria para una boda real. Y para arreglarlo ya está ITV. Pero esa boda tiene un coste, y ese coste, sobre todo en seguridad, tiene que pagarlo el contribuyente, lo que ha generado numerosas críticas.

También ha habido que costear su seguridad, algo que ha levantado ampollas, sobre todo cuando al terminar sus estudios se tomó un año sabático antes de ir a la Universidad y recorrió La India, el sudeste asiático y Tailandia. Un atraco sufrido en Camboya levantó ampollas por el coste de la seguridad de Eugenia de York, que llevaba escolta.

Sus meteduras de pata

Esto es lo que pasa cuando eres y a la vez no eres. La parte positiva es que tiene privilegios, pero no obligaciones como tal, y se puede permitir tener una carrera profesional. En su caso está enfocada en el arte, ya que es directora de Hauser & Wirth. También se dedica a causas benéficas con las que se siente más cerca, como la lucha contra la escoliosis y el apoyo a quienes la padecen, algo que ella misma sufre, y ha fundado The Anti-Slavery Collective.

Tiene cuenta en Instagram, donde comparte asuntos profesional y otros personales. Se le permite porque es una royal menor, pero no deja de ser una royal, de nuevo el ser y a la vez no ser. Por esa cuenta de Instagram se ha llevado algún disgusto, como cuando publicó una foto de su padre, el Duque de York, en el área privada de Buckingham Palace en Trooping the Colour 2018. Se montó un buen escándalo, aunque no debía ser para tanto porque la foto ha seguido colgada.

Ahí fue una metepatas, pero peor fue cuando le dio por hablar de más. La Familia Real Británica sí realiza declaraciones y ofrece entrevistas, pero ella es la más dada a la exposición mediática en revistas que le parecen interesantes. Quizás para ser más cercana, concedió unas palabras a Harper's Bazaar en las que daba detalles sobre lo que hacía en su vida. De nuevo el escándalo, ya que no deja de ser nieta de la Reina Isabel, y al exponerse tanto se convertía en un blanco fácil para los terroristas.

La Princesa Eugenia señaló que solía ir al gimnasio Grace Belgravia. También habla sobre su trabajo y dónde está, aunque en este caso era complicado mantener esta información en privado. Señalaba que le gusta ir a comer a Detox Kitchen y que sus restaurantes favoritos de Londres son Bocca di Lupo y The Palomar en Soho. Esta información es algo que un miembro de primer nivel jamás contaría, pero ella no lo es, ella es una Princesa que ha dejado de ser segundona para pasar a un plano menor. La realeza es lo que tiene.

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