27 años después de su fastuosa boda en Barcelona y 2 desde que se anunció a través de un comunicado a la agencia EFE la decisión "de común acuerdo de interrumpir su relación matrimonial", la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin ya no son marido y mujer. Era la revista ¡Hola! la que el pasado 24 de enero hacía público que los ex Duques de Palma ya habían firmado su divorcio en la misma ciudad en la que se habían dado el 'sí, quiero', sin poder concretarse si fue a finales de 2023 o a principios de 2024, pero sí antes de que la hermana de Felipe VI viajase a Abu Dabi para el 86 cumpleaños de su padre el Rey Juan Carlos.
La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, Miguel Urdangarin y Claire Liebaert en la graduación de Irene UrdangarinSegún apunta la mencionada revista, optaron por el divorcio notarial, una vía que obliga ambas partes estar presentes en el juzgado para firmar el divorcio. Quienes no estaban eran los cuatro hijos del matrimonio, Juan, Pablo, Miguel e Irene, aunque si lo hacía alguien en calidad de apoderado de los cuatro ya que habrían tenido también que dar su consentimiento respecto a las medidas tomadas que a ellos le respecta, aunque la Ley en este caso no obliga a estar presentes en el momento de la firma.
La manutención de los cuatro hijos
Esas medidas que tienen a sus hijos como eje es precisamente su manutención hasta que sean económicamente independientes. La Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han firmado también como parte del acuerdo la responsabilidad de cubrir los gastos comunes que puedan tener sus cuatros hijos teniendo en cuenta los posibles de cada uno. Por ello, sus necesidades estarán cubiertas para que puedan seguir llevando el mismo nivel de vida a pesar de la separación de sus padres y teniendo en cuenta la diferencia de la situación económica de cada uno de ellos.
Pablo Urdangarin con la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en su debut en el Barça de BalonmanoEn este acuerdo no se habría fijado una cantidad de dinero concreta en cuanto a las necesidades de sus cuatro hijos ya que se entiende que irá variando tanto lo que ellos necesiten como las aportaciones que puedan hacer cada uno de sus progenitores, siendo siempre la necesidad principal la vida cómoda de cada uno de ellos tanto personal como profesional. De esto se sobreentiende que, cómo lleva ocurriendo desde 2012, la Infanta Cristina seguirá siendo el soporte económico de la familia.
Por ello, con este objetivo de que los cuatro hijos sigan haciendo una vida como hasta ahora con cada uno de sus padres, la revista ¡Hola! asegura que la casa de Bidart en Francia propiedad de la Infanta Cristina seguirá estando abierta para Iñaki Urdangarin para que pueda disfrutar allí de las vacaciones junto sus hijos. Esta era la única propiedad que generaba algún tipo de duda respecto a los bienes del matrimonio ya que, pese que no firmaron ninguna capitulación antes de darse el 'sí, quiero', al hacerlo en Cataluña la ley establece por defecto la separación de bienes.
