La prometida de Carlos Felipe seguirá ligada a la entidad solidaria que cofundó en 2010, pero su labor principal será la que disponga el Rey de Suecia.
Para ser Príncipe de Suecia y ejercer como tal, los miembros de la Familia Real y los que contraigan matrimonio con alguno de ellos tienen que tener la nacionalidad sueca y no participar en negocios privados ni tener actividades que no estén relacionadas con la Casa Real Sueca.
Chris O'Neill podía haber obtenido el tratamiento de Alteza Real y los títulos de Príncipe de Suecia, Duque de Gästrikland y Hälsingland cuando se casó con la Princesa Magdalena, pero renunció a ellos para seguir desarrollando su lucrativa carrera como financiero. Él tuvo opción, pero no Daniel Westing, que dijo adiós a sus negocios deportivos para casarse con la Heredera de la Corona.
En el caso de Sofia Hellqvist, que se casará con el Príncipe Carlos Felipe el 13 de junio, puede elegir si se convierte en Princesa, con todas las obligaciones y consecuencias que ello tiene, y siempre y cuando el Rey Carlos XVI tenga a bien concederle la gracia.
Para allanar el camino, la joven ha renunciado a su trabajo en el Project Playground, entidad que fundó en 2010 junto a Frida Vesterberg para ayudar a que los niños y jóvenes puedan disfrutar de tiempo de ocio constructivo en su día a día. Como señala Expressen, aunque seguirá ligada a la fundación, su principal labor será apoyar el trabajo de Carlos Felipe de Suecia en sus funciones oficiales, y quizás llegado el caso y se estima conveniente, asumir una agenda propia.Acompañante de Carlos Felipe de Suecia
Sofia Hellqvist está preparada para asumir actos oficiales. Después de cuatro años de relación con Carlos Felipe de Suecia, el anuncio del enlace matrimonial permitió que la joven le acompañara en diversos compromisos a los que lleva asistiendo desde julio de 2014, cuando estuvo presente en la celebración del 37 cumpleaños de la Princesa Victoria.
A partir de ahí ha sido una más de los Bernadotte y se ha colocado junto al resto de la Familia Real en actos de tanta envergadura como la apertura del Parlamento o los Premios Nobel, donde rivalizó en elegancia con sus futuras cuñadas, las Princesas Victoria y Magdalena.