El Rey Juan Carlos continúa intentando mejorar la imagen de la Monarquía Española, muy dañada por los últimos escándalos de los Duques de Palma o su propia cacería con la princesa Corinna. Buena prueba de la delicada situación de la institución es que el jefe del estado se encuentra veraneando solo en Palma de Mallorca: a las ausencias de las infantas de la isla balear -la infanta Elena se fue nada más llegar la princesa Letizia- se suma la marcha de la Reina Sofía y los Príncipes de Asturias a los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Una cena muy campechana
La cena nos dejó una imagen insólita: el Rey con un atuendo muy casual, una camisa de rayas, cenando con el tenista y su novia, Xisca Perelló, así como Mikel Sánchez y Eduardo Anitúa, ambos médicos que han tratado a Nadal en algún momento, y sus respectivas esposas.
Lo hicieron en un restaurante de Calvià de cocina mediterránea, ambiente informal y precio medio de una manera a la que no nos tiene acostumbrado: en la terraza y rodeados por el resto de clientes del local sin ninguna separación de por medio.
Queda claro que Don Juan Carlos quiere recuperar la cercanía con el pueblo y aquella controvertida imagen de Rey campechano que todavía muchos recuerdan.