CENA DE GALA

La Reina Letizia, radiante con la tiara Flor de Lis y un vestido complicado en la cena en honor a Naruhito de Japón

Los Reyes Felipe y Letizia asistieron a la cena de gala celebrada con motivo de la entronización de Naruhito de Japón.

Guillermo Álvarez 22 Octubre 2019 en Bekia

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No hay entronización que se precie con invitados extranjeros que no cuente con su cena de gala correspondiente. Así, en el día en el que Naruhito de Japón ha sido entronizado como Emperador en una ceremonia celebrada en el Palacio Imperial de Tokio, la jornada ha concluido con una cena de gala llena de royals.

No han faltado los Reyes Felipe y Letizia, que han aprovechado sus últimas horas en el país del sol naciente para codearse nuevamente con la realeza y autoridades de todo el mundo antes de poner rumbo a Corea del Sur. Después del aplazamiento derivado del bloqueo político de 2016, se decidió que los días 23 y 24 de octubre de 2019 eran las fechas perfectas, uniendo así su estancia en Japón para la entronización con el Viaje de Estado en Corea del Sur.

Las joyas de pasar

En la cena de gala, la Reina Letizia ha sacado la artillería pesada con las joyas. Con el joyero real a su disposición, la consorte de Felipe VI se ha colocado en la cabeza la más importante de las tiaras que guarda la Corona: la Flor de Lis. Símbolo de los Borbones y de la Monarquía Española, la Reina la utilizó por primera vez en 2017.

También ha llevado las pulseras gemelas, hechas con diamantes y que al igual que la Flor de Lis, pertenecen al joyero de la Familia Real por el gusto de Alfonso XIII por regalar alhajas a la Reina Victoria Eugenia, y el placer de ella por lucirlas y conservarlas.

El incómodo vestido de la Reina Letizia

En cuanto al vestido, la elección no ha sido tan acertada. Después de haber llevado un traje de estampado floral de Matilde Cano en la ceremonia de entronización, ha apostado por una de sus firmas favoritas: Carolina Herrera. Sin embargo, la elección no ha sido la más acertada, y no porque el traje sea más o menos bonito, que tampoco es de sus mejores looks, sino por lo incómodo que ha resultado para la consorte a tenor de lo que se ha visto.

Además de mojarse el bajo por la lluvia, se ha comprobado cómo la Reina tenía dificultades para moverse con este vestido. La falda de vuelo no le dejaba caminar bien, por lo que no paraba de mirar al suelo para no tropezarse. Además, se ha agarrado a Don Felipe lo que ha podido por si acaso.

Ha habido nuevamente encuentro con el Rey Carlos XVI Gustavo y la Princesa Victoria de Suecia, y ahí también se ha notado a Doña Letizia incómoda, lo mismo que al marcharse camino a su lugar en la cena de gala. Otro detalle del vestido es que recuerda al traje que la Infanta Elena llevó a la boda precisamente de Victoria y Daniel de Suecia en junio de 2010 en Estocolmo. El de Doña Letizia es un Carolina Herrera y el de la la Duquesa de Lugo, era un Caprile de inspiración goyesca. Son diferentes, sí, pero no hay duda de que tienen un aire.

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