La Reina, el Príncipe Carlos, la Duquesa de Cornualles y los Duques de Cambridge en el JubileoLa Familia Real Británica ofreció escándalos por doquier durante muchos años gracias a los divorcios de los hijos de la Reina Isabel II, las infidelidades del Duque de Edimburgo, la reacción de la Monarca tras la muerte de Lady Di, y los 'negocios' de Sarah Ferguson y sus contactos con su exmarido el Duque de York.
Superado todo eso y con una imagen intachable a la que contribuyeron el Príncipe Guillermo, la Duquesa de Cambridge y celebraciones como el Jubileo de Diamante, ahora el Príncipe Enrique de Gales, que parecía haber sentado la cabeza, ha puesto a la Casa Real en el centro de todas las habladurías.
La causa ha sido la publicación de dos fotos publicadas en TMZ en las que aparece totalmente desnudo en la suite de un hotel junto a otra mujer que tampoco lleva ropa durante sus vacaciones en Las Vegas.
El Príncipe Harry en bañadorTodo esto ha provocado el enfado de la Familia Real, y más concretamente de la Reina Isabel, del Duque de Edimburgo, que se recupera de sus problemas de salud, y del Príncipe de Gales, que no entienden el comportamiento del Príncipe Harry, en quien la Monarca confiaba tanto que incluso dejó que presidiera la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
El equipo de seguridad no habría hecho bien su trabajo
Pero la furia no solo ha alcanzado al Príncipe Harry, sino también a los medios británicos que hayan reproducido las imágenes, contra los que podrían iniciar trámites legales por considerar que atentan contra su privacidad.
El Príncipe Enrique de Gales desnudo en Las Vegas | Fotos: TMZAdemás, las miradas se han dirigido hacia el equipo de seguridad del Príncipe Harry, que dejó entrar a varias mujeres a la suite en la que se alojaba Enrique sin haberles requisado los teléfonos móviles y otros artilugios electrónicos antes de entrar en la habitación.
En ese sentido, fuentes cercanas al hotel donde tuvieron lugar los hechos han asegurado a TMZ y Daily Mail que el equipo de seguridad no se comportó como debía, pues se preocupó más por disfrutar de la fiesta que de proteger al Príncipe Harry, envuelto en un escándalo sin precedentes en la Casa Real Británica.
