Galería: La Familia Real Belga en imágenes
María Laura de Bélgica y William Isvy ya son doblemente marido y mujer. La sobrina de los Reyes Felipe y Matilde de Bélgica y el joven de origen francés asentado desde hace décadas en Reino Unido han celebrado, a primera hora de la tarde del 10 de septiembre, la ceremonia religiosa con la que han sellado el compromiso que anunciaron a finales de 2021.
Lo han hecho apenas unas horas más tarde de la ceremonia civil celebrada en el Ayuntamiento de Bruselas y a la que solo asistió una treintena de personas, toda familia cercana de los novios y en la que ambos lucieron diseños sencillos y sobrios.
Y es que, como ya anunciara semanas antes del gran día la Casa Real Belga, la Princesa María Laura y William Isvy fecharon la ceremonia civil y la religiosa para el mismo día, de ahí que toda la pompa y símbolos esperados sobre todo por parte de la hija de la Princesa Astrid quedaran reservados para la ceremonia que se ha celebrado en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula, la misma en la que lo hicieran sus abuelos, los reyes Alberto II y Paola de Bélgica.

En torno a las tres de la tarde llegaba al oficio religioso la Princesa María Laura, impresionante con un vestido de la diseñadora Vivienne Westwood de corte sencillo, pero adornado con un espectacular velo unido a la cola del vestido que medía cuatro metros de largo. La sobrina del Rey Felipe de Bélgica lo hacía acompañada de su padre y con el apoyo de su hermana, Luisa María, de su cuñada Lili Rosboch von Wolkenstein, mujer del Príncipe Amadeo, así como de la Princesa Olympia Arco-Zinneberg y de la Princesa Astrid de Liechtenstein, encargadas todas de sostener el vestido de la joven a su entrada a la Catedral.
Y, a pesar de estar todo calculado al milímetro, siempre hay sorpresas y detalles que escapan al control y los ensayos de los últimos días. Y es que, cuando la novia de disponía a subir la escalinata del edificio religioso, uno de sus pajes, Maximiliano, el hijo de tres años de su hermano Amedeo perdía su zapato mientras intentaba subir las escaleras. Un detalle del que inmediatamente ha estado pendiente el abuelo del pequeño y padre de la novia, el Príncipe Lorenzo, y su otra hija, la Princesa Luisa María que han acudido a su rescate y le han ayudado a ponerse de nuevo el zapato.
Ya en el interior de la Catedral, la Familia Real Belga ha querido tener un momento de recuerdo para la Reina Isabel II de Reino Unido, fallecida el pasado 8 de septiembre en el castillo Balmoral a los 96 años. Por lo demás, la ceremonia ha discurrido sin sorpresas y a la salida una comitiva de paraguas esperaba a la pareja, ya que la lluvia no ha dado tregua durante toda la jornada.
El homenaje de la novia a sus abuelas
Y como no cabía esperar de otra forma en un evento royal de tal magnitud, el enlace de María Laura de Bélgica y William Isvy ha estado también marcado por la símbología, principalmente vista en el atuendo de la novia. Primero, porque el velo que llevaba la Princesa era el mismo que usó su abuela, la Reina Paola, y que es considerada una de las grandes piezas clásicas de la colección en la Familia Real Belga.

Por otro lado, la joven tampoco quiso olvidarse de su abuela paterna, fallecida unos meses después de que ella anunciara su compromiso con William Isvy. De Margarita de Saboya quiso usar la tiara que llevó en la cabeza, una pieza única que pertenece a la Casa de los Saboya-Aosta y con la que María Laura de Bélgica quiso evocar y recordar, de alguna forma, a su abuela.
Invitados de excepción
En cuanto a los invitados, la Familia Real Belga estuvo al completo acompañando a la Princesa en su día tan especial, destacando especialmente la presencia de la heredera al trono, la Princesa Isabel de Bélgica que lució un impresionante vestido rojo con flecos, que acompañó con una pamela y un bolso del mismo color. La joven entró a la Catedral acompañada de su hermano, el Príncipe Manuel.

Por lo demás, y a excepción de la asistencia de la Princesa Delphine, hija ilegítima del Rey Alberto, reconocida hace apenas dos años y que este suponía su primer gran evento familiar fuera de los actos protocolarios, poca sorpresas hubo. A parte de los reyes, sus hijos, los reyes Alberto II y Paola, así como los Príncipes Clara y Laurent de Bélgica, que acudieron también acompañados por sus hijos, pocas sorpresas hubo en un enlace que discurrió por el camino esperado.