BAUTIZO ROYAL

Las ausencias que marcaron el bautizo de Carlos de Luxemburgo, el heredero nacido durante la pandemia

El hijo de Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo fue bautizado en presencia de parte de la Familia Ducal y de los Lannoy.

Guillermo Álvarez 21 Septiembre 2020 en Bekia

Galería: Bautizo de Carlos de Luxemburgo

Galería: La Familia Ducal de Luxemburgo en imágenes

El Príncipe Carlos de Luxemburgo es sin duda el royal más marcado por la pandemia. No es el único miembro de la realeza nacido durante tan complicada época, pero si el único que está llamado a reinar. Vino al mundo el 10 de mayo de 2020 en Luxemburgo y su posado estuvo marcado por las mascarillas y la distancia social. Además, sus abuelos, los Grandes Duques de Luxemburgo, tuvieron que conocerle de forma telemática.

El 19 de septiembre de 2020, algo más de cuatro meses después de venir al mundo, se celebró su bautizo. En otra situación podría haber sido en otro lugar más acorde a un futuro Jefe de Estado, pero la pandemia ha obligado a buscar un escenario más tranquilo. Así, la Familia Ducal optó por reunirse en la Abadía de Clervaux, que al estar apartada evitaba una gran reunión de ciudadanos que quisieran ver de cerca al Príncipe Carlos en su bautizo. También hay una conexión entre los Lannoy y este lugar, pero sin duda lo que ha hecho elegirlo ha sido la necesidad de evitar aglomeraciones.

A pesar de todo, Guillermo y Stéphanie de Luxemburgo aparecieron felices y radiantes en un día tan importante para ellos y por supuesto para su hijo. El Príncipe Carlos llegó tranquilo ataviado con un traje de cristianar ya utilizado anteriormente por su abuelo y sus tíos abuelos. El futuro heredero dejó ver su carácter tranquilo, que motivó que el bautizo también lo fuera.

Los Grandes Duques Herederos contaron con la presencia de la numerosa familia Lannoy. La Princesa Stéphanie se enorgulleció de tener con ella en un día tan importante a sus hermanos, el Conde Jehan, el Conde Christian, la Condesa Nathalie, la Condesa Gaëlle, el Conde Amaury, el Conde Olivier y la Condesa Isabelle. También estuvieron las parejas e hijos de estos, que forman una gran familia aristocrática, los Lannoy, que estuvo encantada de reunirse con motivo del bautizo del Príncipe Carlos.

No faltaron los Grandes Duques Enrique y María Teresa de Luxemburgo, muy contentos al poder estar presentes en el bautizo de su quinto nieto, así como el Príncipe Sebastian, que apareció con muletas, y el Príncipe Luis. Los Príncipes Félix y Claire viajaron desde Francia, donde residen con sus hijos, dejándose ver nuevamente con sus vástagos, la Princesa Amalia y el Príncipe Liam.

El acto litúrgico que marcó la entrada de Carlos de Luxemburgo en la Iglesia Católica fue celebrado por el Arzobispo de Luxemburgo, Jean-Claude Hollerich, el Obispo auxiliar Leo Wagener, el Arzobispo Emérito Fernand Frank y el Abad de Clervaux, Dom Michel Jorrot. Fue apadrinado por su tío paterno, el Príncipe Luis de Luxemburgo, y por su tía materna, la Condesa Gaëlle de Lannoy. El hijo de los Grandes Duques Herederos fue bautizado como Charles Jean Phillipe Joseph Marie Guillaume.

Las ausencia de tres miembros de la Casa Ducal

Hasta ahí los hechos y las presencias. En un acto de estas características se celebra y disfruta con el que acude y se echa de menos al que no está. Sin duda, la Familia Ducal echó de menos a tres de sus miembros que no pudieron estar presentes en el bautizo de Príncipe Carlos.

No hubo rastro de la Princesa Alexandra, cuarta hija de los Grandes Duques de Luxembugo, ni de los Príncipes Gabriel y Noe de Luxemburgo, vástagos del Príncipe Luis, a quien seguro que los Nassau tuvieron muy presentes a pesar de no haber podido asistir a la celebración.

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