Desde que diese comienzo el Festival de Cannes, han sido varias las noticias que han ido sucediéndose durante estos días. Uno de los premios que hace especial ilusión a los jóvenes actores, es el Trofeo Chopard, ya que es un premio que reconoce el trabajo y esfuerzo de jóvenes actores que están comenzando en su carrera cinematográfica. Este año, presentado por Julianne Moore, los afortunados han sido Jack O'Connell, por su interpretación en 'Invencible (Unbroken)' y Lola Kirke, por 'Perdida'.
Varios de los actores ganadores en anteriores ediciones, se encargaron de apoyar y arropar a los nuevos triunfadores, un claro ejemplo, son los españoles, Blanca Suárez y Eduardo Noriega, que fueron premiados en 2013 y 2001, respectivamente, siendo Noriega el primer actor en recibir este premio, junto a la francesa Audrey Tautou. Blanca Suárez casi sufre un descuido en la alfombra roja, enseñando gran parte del pecho cuando posaba de lado para los fotógrafos.
La presentadora de los premios, Julianne Moore, dedicó unas palabras a los actores, "cuando empiezas algo que realmente quieres hacer, sienta bien hacerlo y lo harías gratis, pero lo que no se sabe es si sois buenos. Pero cuando ves un buen actor, se puede ver de inmediato. Lo vimos en Jack O'Connell y en Lola Kirke instantáneamente en el momento en el que irrumpieron en la pantalla. Están maravillosos, vivos en la cámara, es palpable su talento ", las palabras emocionaron a Kirke, que bromeó diciendo que no se creía la carrera que estaba teniendo hasta que se encontró a sí misma en la alfombra roja de Cannes.
Lupita Nyong'o vuelve a deslumbrar
Además de los ganadores de antiguas ediciones, hubo otros actores que no se perdieron la ceremonia. Algunos de ellos fueron la oscarizada Lupita Nyong'o que no dudó en pasearse con un vestido en color hueso, bastante discreto. También pudo verse a Colin Firth junto a su esposa, o a Emmanuelle Béart y como no, a la británica Emma Watson, pero no podemos olvidarnos de figuras tan importantes del cine como Xavier Dolan, Léa Seydoux, Jeremy Irvine y no podía faltar, la siempre polémica Rossy de Palma. Sin duda, la ceremonia organizada por Chopard dio para mucho, pero sobre todo, para derrochar talento y glamour.