La boda de Chenoa y Miguel Sánchez Encinas: vestido espectacular, lugar de ensueño y enlace blindado

Por fin lo han conseguido: Chenoa y Miguel Sánchez Encinas ya son marido y mujer. La pareja contrajo matrimonio en una ceremonia civil que tuvo lugar hacia las 13:30 horas del viernes 17 de junio de 2022. El enlace debía haberse celebrado dos años antes, pero debido a la pandemia la pareja retrasó la boda y no quisieron casarse hasta que la situación no estuviera controlada.

Chenoa y su prometido, Miguel Sánchez, en la gala Globlal Gift 2021

El lugar no podía ser más de ensueño. La cantante y el médico reunieron a poco más de 90 invitados entre familiares y amigos en la finca Comassema, situada en el término municipal de Orient, en la Sierra de Tramuntana de la querida Mallorca de Chenoa, la tierra que considera suya pese a haber nacido en Argentina y en la que ha querido casarse con Miguel Sánchez Encinas.

Como señala ¡Hola!, minutos antes de las 13:30 horas aparecía el novio con su madrina, su hermana mayor Celia Sánchez Encinas. Pocos minutos después llegaba Chenoa del brazo del hombre al que considera su padre, Juan Antonio 'Tati' Marino, que llevó orgulloso a su hija al altar. Se descubrió entonces el secreto mejor guardado: el traje de la novia.

Gisela y Natalia en la boda de Chenoa y Miguel Sánchez Encinas

Se confirmó lo que ya se venía hablando, que era un vestido de Hannibal Laguna. El traje es el doble crepe blanco tiza y organza de seda, lo que le ha dotado de un toque romántico muy elegante y favorecedor. Llevaba la espalda al aire con cordones y ha destacado el escote el forma de V, así como la cola de organza de casi 3 metros.

Invitados famosos

Todo esto se ha sabido debido a la exclusiva que la cantante y el médico firmaron con ¡Hola!, lo que ha provocado que fuera una boda completamente blindada de la que solo se ha podido ver lo que mostró la revista, así como las llegadas de algunos invitados famosos como Carlos Latre y Àngel Llàcer o sus amigos de OT Geno Machado, Alejandro Parreño, Natalia y Gisela. A los invitados se les requisó el móvil y las empresas que se han encargado de la boda firmaron un contrato de confidencialidad para evitar que se filtrara nada.