En términos coloquiales, el presentador había sufrido un ictus y fue intervenido de urgencia para la colocación de dos stents. Su cerebro le estaba avisando que algo iba mal con fuertes dolores de cabeza y después de quedarse inconsciente durante su viaje a Marrakech se dio cuenta que estaba pasando algo anormal. Nada más volver a España acudió al centro hospitalario donde un escáner confirmó una macha en el cerebro. Así comenzó uno de los peores episodios de la vida del presentador.
A pesar de que después de ese suceso y de la calma recomendada por los médicos que el catalán siguió al pide de la letra durante un mes, el octubre de ese mismo año, Jorge Javier Vázquez anunciaba que debía ser intervenido de nuevo por una complicación de salud derivada del ictus. En esa intervención, que ocurría en el mes de diciembre, se le colocó un nuevo stent y fue todo un éxito. 30 horas después de ser operado recibía el alta y posaba sonriente a la salida del centro hospitalario.
Jorge Javier Vázquez, ante el Coronavirus: "Solo tenía ganas de llorar"
Desde luego que no está siendo un año fácil para el presentador ya que como él mismo ha confesado tras estos duros acontecimientos: "Solo tenía ganas de llorar". Sumado a estos tristes sucesos, los médicos le diagnosticaron una depresión que él mismo confesaba a través de la revista lectura hace unos meses: "Después del ictus toqué fondo. Me vi sin ninguna ilusión por nada y pensé que mi vida había llegado a su fin. Fui a un psiquiatra y me diagnosticó depresión", decía animando a la gente que estuviese pasando por lo mismo a que no tuviese miedo a pedir ayuda.