"Ella no bailaba nunca, se tiraba todo el rato al suelo", decía bromeando el actor. "Aquello fue una locura. Ver cómo nos habíamos colado en el sistema y cómo nos tomaban en serio. Recuerdo el día del ensayo general que había un regidor alemán que al yo tirarme al suelo empezó a gritar y paró el ensayo. Y es que nadie se imagina el mamotreco tecnológico que es el festival porque llevan lo mejor del mundo. Pararon todo porque la bailarina se había caído y todos le intentaban decir al técnico que era una broma y había que continuar", decía ella entre risas recordando cómo vivió ese momento.
Lo cierto es que no podían creerse todo el movimiento que estaban generando, es por eso que se comportaron como les venía bien según iba avanzando el asunto, metiéndose por completo en el papel: "Fue todo surrealista. Nos llevaron a la Embajada de España en Belgrado con un montón de diplomáticos. No tenía nada sentido. Pero nosotros lo vivimos muy a la nuestra, riéndonos. Estábamos paseando por el Danubio y en una conexión en directo con TVE detrás de David estábamos Alejandra y yo haciendo que teníamos naúseas por el barco", continuaba Silvia Abril.
Una experiencia surrealista
"También estuvimos en la final de la Copa del Rey. Entrábamos por una portería del Vicente Calderón antes de empezar el espectáculo y veía las pantallas gigantes. Entonces al empezar yo caminaba y ya veía cómo Silvia se estaba cayendo nada más comenzar y pensaba que no llegábamos al centro del campo. Siempre le decía que lo rebajara un poco porque igual parecía demasiado tontita. Cada vez que me hacían una entrevista ella decía, '¡el salto!' y yo contestaba: '¡que no hay salto en la coreografía'. Se pasó así cuatro meses. ¡Si hasta en el encendido de luces de la Feria de Sevilla me hacía cosas en la pierna para hacer el bobo!", dijo David Fernández sobre esta etapa tan emocionante de su vida.