CORTEJO FÚNEBRE

El último viaje de Isabel II: Carlos III consigue unir a la familia en su acto más doloroso como Rey

El féretro de Isabel II iba cubierto del estandarte real y una corona de flores procedentes de Balmoral y Windsor, descansando también sobre él la Corona Imperial.

Jorge del Caz Martín 14 Septiembre 2022 en Bekia

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Londres se prepara para despedirse de la Reina Isabel II de Reino Unido. La capital del país se ha unido para rendir el último homenaje a la Monarca más longeva de la historia británica, saliendo a las calles para contemplar el cortejo fúnebre que trasladó el féretro desde el Palacio de Buckingham hasta el de Westminster. Los restos mortales de la Soberana habían llegado a la residencia oficial de la Corona desde Edimburgo la tarde del 13 de septiembre, después de que el pueblo escocés pudiera despedirse de la que también era su Reina durante una vigilia de 24 horas en la Catedral de St Giles.

Desde que el cuerpo de Isabel II fuera depositado en la Bow Room del Palacio de Buckingham, comenzó el velatorio privado de la Familia Real, encabezado por el Rey Carlos III, quien se vio acompañado de la Reina Camilla y de sus dos hijos y nueras. Del mismo modo, algunos medios británicos apuntaron que otros nietos de la Reina también pudieron acudir, como la Princesa Beatriz de York. Una vez que finalizó, la Soberana se despidió para siempre del que fue su hogar durante más de 70 años de reinado y comenzó su último viaje por las calles de la capital, una histórica procesión que trasladó su féretro hasta el Palacio de Westminster para que el pueblo británico se despida de ella durante cuatro días de forma ininterrumpida.

El cortejo fúnebre de Isabel II en Londres

Pasadas las 14:20, hora británica, el cuerpo de Isabel II salió del Palacio de Buckingham mientras que miles de ciudadanos se agolpaban en los aledaños de residencia para presenciar este momento que pasará a la historia, la gran mayoría con lágrimas en los ojos. El féretro real había sido colocado en un carro de combate, a diferencia de lo ocurrido en Edimburgo, en cuyo traslado desde Holyroodhouse hasta la Catedral de St Giles se optó por llevarlo en un coche fúnebre. De este modo, los londinenses pudieron ver más de cerca el ataúd que contenía los restos mortales de su Soberana, además de aportar todavía más pompa al acto.

El cortejo fúnebre de Isabel II desde Buckingham hasta Westminster Hall tenía que recorrer cerca de kilómetro y medio. Detrás del carro de armas de la artillería a caballo real de la tropa del Rey caminaban a paso lento y con semblante serio el Rey Carlos III, la Princesa Ana, el Príncipe Andrés, el Príncipe Eduardo, el Príncipe Guillermo de Gales y el Príncipe Harry. Por su parte, los diversos consortes de todos ellos, como era el caso de la Reina consorte Camilla, Kate Middleton, Meghan Markle o la Condesa Sophie, les cedieron todo el protagonismo, ya que la Casa Real británica les facilitó un vehículo para participar en el cortejo, lejos de todas las miradas.

Carlos III, su hermana y el Príncipe Eduardo, al igual que el Príncipe Guillermo de Gales, iban vestidos con el uniforme militar, mientras que los príncipes Andrés y Harry iban con un traje de civil. De nuevo, el hijo preferido de Isabel II aparece en público sin uniforme militar, debido a que su madre le retiró esta prerrogativa tras los escándalos por el caso de abusos sexuales en el que se ha visto involucrado. No obstante, de la chaqueta sí colgaba alguna de sus condecoraciones, como la Medalla del Jubileo de Platino de Su Majestad la Reina. Por su parte, el Duque de Sussex también iba de traje y no de uniforme debido a que, tras su salida de la Familia Real británica, la Casa Real no ha considerado que deba tener este privilegio.

Flores de Balmoral y Windsor y la corona imperial

El ataúd de Isabel II fue transportado hasta Westminster Hall cubierto con el estandarte real y una corona de flores blancas, conformada por rosas blancas, dalias blancas y una selección de follaje que incluye pino de los jardines de Balmoral y pittosporum, lavanda y romero de los jardines de Windsor. Además, sobre el féretro también descansaba la corona del estado imperial sobre un cojín de terciopelo, la misma que utilizó tras su coronación y que en tantas ocasiones ha lucido en la apertura del Parlamento británico. Esta pieza que acompañará a la Reina en sus últimas horas en Londres está realizada en oro, cuenta con 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 269 perlas y cuatro rubíes.

Una vez que el féretro de Isabel II llegó al Palacio de Westminster, fue introducido en su interior, donde será velado por los londinenses durante cuatro días tras ser colocado sobre un catafalco en el gran salón. Hay que recordar que este edificio forma parte del complejo del Parlamento británico y es, de hecho, el más antiguo de todo el recinto, ya que fue construido a finales del siglo XI. En su interior se han llevado a cabo los últimos grandes velatorios públicos de la realeza británica, como el de la Reina madre en 2002. Veinte años más tarde, una nueva Monarca es despedida en él, la que más décadas ha ostentado la Corona en toda su historia.

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