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La Casa Real de Noruega ha confirmado que la salud de la Princesa Mette-Marit atraviesa un momento delicado y que los médicos evalúan la posibilidad de un trasplante de pulmón. El comunicado oficial emitido este diciembre ha generado gran preocupación en el país, ya que la heredera al trono lleva años conviviendo con fibrosis pulmonar, una enfermedad crónica que afecta gravemente a su capacidad respiratoria y que la ha obligado en numerosas ocasiones a interrumpir su agenda institucional.
Mette-Marit, de 52 años, fue diagnosticada en 2018 y desde entonces ha tenido que someterse a distintos tratamientos y periodos de rehabilitación. Según el comunicado, las pruebas realizadas este otoño muestran una evolución negativa de su estado, lo que ha llevado a los especialistas del Hospital Universitario Rikshospitalet de Oslo a iniciar los preparativos para un posible trasplante. El jefe del departamento de neumología, Are Martin Holm, ha explicado que " nos acercamos al momento de realizar un trasplante de pulmón y estamos realizando los preparativos necesarios para que sea posible cuando llegue ese momento ", aunque todavía no se ha decidido cuándo la Princesa entrará en lista de espera.
A pesar de la gravedad de la situación, desde palacio han señalado que la Princesa pretende continuar con su agenda oficial, aunque advierten de posibles modificaciones. De hecho, se espera que participe en un almuerzo en el Palacio Real junto a los Reyes Harald y Sonia, su marido Haakon y su hija Ingrid. No es la primera vez que la institución comunica la necesidad de ajustar sus compromisos: ya en marzo se informó de que los síntomas diarios de la enfermedad afectaban a su capacidad para desempeñar sus funciones, obligándola a descansar más y a modificar su rutina con frecuencia.
La propia Mette-Marit ha hablado en varias ocasiones de cómo la enfermedad condiciona su vida. En 2023, con motivo de su 50 cumpleaños, declaró a la cadena pública NRK que " hay muchas cosas difíciles y dolorosas en esta enfermedad, pero al mismo tiempo hay algo bello porque te encuentras contigo misma. Es una oportunidad para vivir un poco más despacio y descubrir qué cosas te dan energía y cuáles te la quitan". Más recientemente, en octubre de este año, explicó que había iniciado un tratamiento de rehabilitación porque necesitaba "un poco más de ayuda que antes para afrontar la vida diaria con la fibrosis pulmonar".
Máxima tensión en la Casa Real noruega
La preocupación por su estado de salud se suma a un contexto complicado para la Casa Real noruega. La periodista Pilar Eyre ha señalado que la enfermedad de la princesa genera dudas sobre el futuro reinado de Haakon y Mette-Marit, en un país donde algunos partidos cuestionan la continuidad de la monarquía. A ello se añade el escándalo que rodea a Marius Borg, hijo de la Princesa fruto de una relación anterior, que será juzgado en Oslo a partir del 3 de febrero de 2026 por 32 cargos, entre ellos violación y delitos sexuales graves.
La combinación de la delicada salud de Mette-Marit y los problemas judiciales de su hijo han colocado a la familia real noruega en una situación de máxima tensión. Mientras tanto, la Princesa afronta con serenidad y discreción un proceso médico que podría derivar en un trasplante de pulmón, consciente de que su papel institucional y personal está marcado por la incertidumbre, pero también por la esperanza de que los avances médicos le permitan seguir desempeñando sus funciones como futura reina de Noruega.
