Charlene de Mónaco en el Día Nacional de Mónaco 2015Lleva cuatro años ejerciendo su papel de consorte en el principado, sin embargo, Charlene de Mónaco no siempre fue princesa y, a lo largo de todos estos años, han sido muchos los cambios físicos que ha experimentado la esposa de Alberto de Mónaco, quien saltó a la fama en todo el mundo al dejarse ver en actitud cariñosa con el soltero de oro de la realeza en los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín celebrados en 2006.
Y es que, desde mucho antes de formar parte de los Grimaldi, la familia real monegasca, la vida de esta sudafricana llamada Charlene Lynette Wittstock ya estaba íntimamente ligada al deporte y a los Juegos Olímpicos, una competición que sin duda transformó su vida, no solo a nivel deportivo, sino también personal y profesional, ya que su destino cambió para siempre.
Charlene Wittstock en los Juegos de la Commonwealth de 1998Nacida en Zimbabue hace 37 años, la actual princesa consorte heredó de su madre la pasión por la natación. Tanto fue así que Wittstock llegó a convertirse en deportista de élite y ganó varios títulos nacionales a lo largo de su carrera, entre ellos el de campeona de Sudáfrica en los 50 metros espalda o las tres medallas de oro y una de plata que ganó en los VII Juegos Panafricanos que se celebraron en Johannesburgo en 1999.
Pero quizá la cita más relevante para la entonces jovencísima nadadora llegó en el año 2000, cuando formó parte del equipo sudafricano de relevos de 4x1000 metros en los Juegos Olímpicos de Sidney, donde quedó quinta y, al igual que la entonces Mary Donaldson, conoció a su príncipe azul y futuro padre de sus hijos. Con él, la exdeportista ha seguido disfrutando de su pasión desde la grada.
El vestido de novia de Charlene Wittstock: un ArmaniTras un año y medio retirada de las piscinas debido a una dura lesión de hombro, Charlene Wittstock soñaba con volver a nadar en los Juegos Olímpicos de Pekín de hace siete años. Aunque la novia del Príncipe Alberto finalmente no participó en las Olimpiadas de 2008 debido a la mencionada lesión, por aquel entonces los rumores de compromiso matrimonial con el soberano de Mónaco sonaban con fuerza como causa real, y nunca mejor dicho, de su temprana salida de la competición profesional.
Dos años más tarde, en 2010, el Príncipe Alberto II de Mónaco confirmó la esperada noticia anunciando oficialmente su compromiso con la exnadadora, quien, llamada a asumir el papel que en su día tomo su suegra, la actriz convertida en princesa Grace Kelly, comenzó a refinar su estilo de cara a su nueva faceta real.
Charlene de Mónaco en la fiesta en el yate de Roberto Cavalli en CannesEl cambio estilístico de la Princesa Charlene
Con 1,76 metros de altura y una espalda demasiado ancha a consecuencia de su anterior profesión, no todas las prendas favorecían a Charlene de Mónaco, quien a finales de la pasada década y principios de la presente, no solía acertar con sus elecciones de vestuario. Sin embargo, tras su boda religiosa con Alberto II de Mónaco, en la que fue vestida por su diseñador fetiche Armani, pasó a formar parte de un mundo de lujo en el que la moda cobró un especial interés para ella.
Desde entonces, es habitual ver a la princesa Charlene en los front rows de las semanas de la moda más importantes del mundo y la influencia de su gusto por la pasarela se deja ver en el significativo cambio que se ha dado en su estilo: sofisticada, elegante, pero moderna en fiestas y salidas, la Princesa de Mónaco suele apostar por el estilo 'working girl', donde no faltan las americanas y pantalones.
La Princesa Charlene de Mónaco en la Semana de la Moda de ParísPor otra parte, en lo que a actos oficiales se refiere, la Princesa Charlene de Mónaco se muestra mucho más sobria, clásica y sencilla de lo que suele ser corriente en ella cuando asiste a otro tipo de eventos, dejando de lado su habitual traje pantalón en favor de vestidos de cóctel o de noche. En cualquier caso, muy lejos quedan ya sus días de bañador y chandal ahora que es la consorte de una de las zonas más lujosas y glamourosas que existen.
Charlene de Mónaco apuesta por el pelo corto
Su retirada de la alta competición, el paso del tiempo, ser madre por partida doble y los numerosos retoques quirúrgicos a los que se ha sometido han sido claves en el cambio físico que ha experimentado la consorte monegasca, pero no han sido los únicos factores. Si bien es cierto que, al convertirse en princesa, se vio mucho más involucrada en el mundo de la moda y su estilo a la hora de vestir cambió notablemente, también es verdad que sus cambios de look también han hecho mucho en cuanto a su evolución durante la última década.
Charlene de Mónaco durante un minuto de silencio por las víctimas del atentado de ParísLa protagonista de este notorio cambio ha sido, sin duda, su característica melena rubia. Y, aunque desde que se prometió con Alberto de Mónaco, la Princesa Charlene lució una melena mucho más corta, lo cierto es que en los últimos tiempos se ha dejado ver con un favorecedor corte pixie que le da un aire mucho más fresco y moderno y le aleja aún más de su imagen anterior como nadadora, cuando tenía el pelo largo. Sin embargo, anteriormente era habitual verla peinada con recogidos y en raras ocasiones se dejaba ver con el pelo suelto antes de cortárselo radicalmente.
