-
Raúl Rodríguez y Silvia Taulés nos cuentan su papel en 'La familia de la tele'
-
Kiko Matamoros y Lydia Lozano: "Nuestro público es de todas las edades y RTVE tiene un público muy pegado a las novelas, al que tenemos que captar"
-
Carlota Corredera y Javier de Hoyos: "La tele tiene que representar al público también y aquí están todos los perfiles posibles&quo;
-
Así se tomó Felipe VI que la Infanta Sofía no quisiera recibir formación militar
-
Belén Esteban: "Estoy emocionada, muy contenta y muy feliz por llegar a RTVE"
-
Manu Baqueiro: "Tuve como referente a Bruce Willis en 'Luz de Luna' para mi trabajo en la serie 'Perdiendo el juicio'"
-
Magdalena de Suecia responde a las críticas y explica por qué le han permitido lanzar su propio negocio
Rocío Crusset se ha convertido en uno de los rostros más conocidos en el mundo de la moda, y fue a los 17 años cuando se instaló en Estados Unidos para afianzar su carrera profesional en la Gran Manzana de Nueva York. Desde entonces no ha parado de triunfar y ahora ha querido enseñar cómo es su vida en dicha ciudad.
La hija de Carlos Herrera y Mariló Monteró ha participado en el programa 'Viajeros Cuatro' donde ha mostrado en el apartamento que vive, y no solo eso, sino cómo se cuida y cómo consigue trabajo fuera de España. Es en Chelsea, en uno de los barrios de Manhattan, donde se instaló en un pequeño piso de dos habitaciones, con salón, cocina y baño. La joven pagaría unos 4.000 euros mensuales por dicha casa, y dice en el reportaje: " Los alquileres son carísimos ".
Rocío Crusset con su compañera de piso/ Foto: CuatroJunto a ella vive Marta, con quien además de compartir piso, comparte trabajo: " compi de trabajo, de piso... ya sentimental y todo", dice en el vídeo mientras abraza a su amiga. Sobre su alimentación al parecer no sigue ninguna dieta estricta, aunque matiza: "Comemos lo que nos apetece, aunque vamos mucho al gimnasio".
Establecida en el país
Por otro lado, sobre su manera de encontrar trabajo, deja muy claro que lo hace con su book, acudiendo a varias agencias donde dejan una especie de tarjeta de presentación con fotografías, medidas y un contacto. Su vida en Nueva York es estable, aunque prefiere no recibir las visitas de sus padres: "Les pido que no vengan porque cuando se van me quedo fatal, lloro muchísimo, me cuesta reponerme".