Numerosos rostros del mundo taurino, social, político y artístico han acudido a lo largo del día este martes 25 de abril al Tanatorio de La Paz de Alcobendas (Madrid) para dar el último adiós a Palomo Linares, fallecido el lunes por la tarde a causa de un derrame cerebral sufrido tras someterse a una operación a corazón abierto.
La tensión se despertó desde primera hora con las declaraciones de la que ha sido su pareja durante los últimos cuatro años, Concha Azuara: " Yo he sido la que ha cuidado de él en estos cuatro años y ahora no es momento de lamentarse ", afirmaba haciendo una clara alusión a la supuesta escasa relación que el torero mantenía con sus tres hijos.
Ana Obregón en la capilla ardiente de Palomo LinaresAl igual que Concha, sus tres hijos Sebastián, Miguel y Andrés estuvieron desde primera hora de la mañana en el tanatorio para recibir a familiares y a los seres más allegados del torero, pero cabe destacar que hubo una cierta distancia entre los Danko y la viuda de Palomo, ya que en ningún momento se les vio juntos.
Lo que sí hicieron tanto unos como otros fue dar las gracias a los medios de comunicación por toda la atención y cariño mostrado tras la pérdida del diestro. Además la jueza ha tenido unas bonitas palabras hacia el que fuera su pareja durante los últimos cinco años, del que ha hablado a las mil maravillas y con el que tenía previsto casarse este mismo año.
José Fernando en la capilla ardiente de Palomo LinaresJosé Fernando acudió a dar el último adiós a Palomo Linares
Junto a ellos han estado diferentes personalidades que quisieron despedirse de Sebastián Palomo Linares, y que durante todo el día fueron apareciendo por el tanatorio para visitar la capilla ardiente o para el funeral celebrado a última hora de la tarde. Una afectada Anne Igartiburu, Norma Duval junto a Matthias Kühn, María Dolores de Cospedal representando al mundo político, el cantante Raphael, Ana Obregón o Elena Tablada.
También estuvieron muchos de sus compañeros de profesión, siendo los más destacados Enrique Ponce, Jaime Ostos, o José Ortega Cano, que fue de los últimos en llegar y que también acudió posteriormente a la misa. Minutos más tarde lo hizo José Fernando, acompañado en todo momento por si tío Aniceto y sin querer dar declaraciones a la prensa.
