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Marisol (Pepa Flores): así pasó la estrella infantil de ser un símbolo del Franquismo a ferviente comunista

Marisol (Pepa Flores): así pasó la estrella infantil de ser un símbolo del Franquismo a ferviente comunista
Juan Salgado
Publicado el Domingo 26 enero 2020 09:00 Última actualización: Martes 22 septiembre 2020 14:01
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Inició su carrera auspiciada por la Falange y durante años fue el gran referente del cine infantil español. Ya convertida en Pepa Flores encarnaría el cambio político de la Transición.

Corría el año 1979 cuando, en plenos inicios de la Movida madrileña, la discográfica Zafiro Records sacaba al mercado un álbum titulado 'Galería de perpetuas: canciones para mujeres'. En su portada, una mujer en blanco y negro se muestra serena y esquiva al espectador con su mirada. ¿Timidez? ¿Pudor? Ella misma responde en la canción que da nombre al disco: " Tengo de lo que canté tal vergüenza que estoy roja como un clavel reventó n". La protagonista de esa portada era ni más ni menos que Josefa Flores González, conocida por aquel entonces como Pepa Flores pero admirada por todos como Marisol.

Este último nombre, del que ella renegaba desde hacía tiempo, fue el elegido por su mánager y por la discográfica pensando que sería mejor para las ventas a pesar de que su significación nada tenía que ver con el contenido de las canciones. Marisol había sido la gran estrella del cine español durante el franquismo, la encarnación de los valores morales de un Régimen que pretendió dulcificarse con el rostro angelical de la joven malagueña. Pepa Flores, sin embargo, era una mujer libre que quería romper con su pasado y a través de 'Galería de perpetuas' hacer todo un alegato a favor del feminismo y el progreso. Pero... ¿cómo llegó la artista de un extremo al otro?

La actriz Marisol, Pepa Flores en su juventudLa actriz Marisol, Pepa Flores en su juventud

La Falange, el origen de todo

Un par de años antes de 1979, la publicación de un disco así habría sido imposible en España. Ni siquiera durante las últimas décadas del franquismo, con esa supuesta modernidad inaugurada con la llegada de Manuel Fraga Iribarne al Ministerio de Información y Turismo en 1962. Por aquel entonces el país ya no era ni de lejos el que había sufrido la dura posguerra y el aislamiento internacional. España ya era miembro de las Naciones Unidas, del Fondo Monetario Internacional y de la Organización Internacional del Trabajo. Los carros tirados por vacas habían dado paso a vehículos automóviles como el Seat 600, la televisión comenzaba a penetrar en los hogares y cada vez eran más los turistas que elegían nuestras playas. Pero no se puede olvidar que todo cambio estaba controlado por el poder siguiendo la máxima lampedusiana de "cambiar todo para que nada cambie".

El Régimen todavía necesitaba, a pesar de todo, recurrir a la propaganda tanto o más que en el pasado y el cine continuaba siendo el medio predilecto. Y si buen durante las primeras décadas de la dictadura había utilizado los géneros folclórico e histórico para crear un nuevo sentimiento nacional basado en el pasado, a partir de los años 50 y 60 se pondrá el foco en el futuro con el objetivo de ofrecer esa pretendida imagen de modernidad. Y... ¿quién mejor representante del futuro que un niño?

Marisol en su primera película, 'Un rayo de luz' (1960)Marisol en su primera película, 'Un rayo de luz' (1960)

Durante esos años se producirá la eclosión del fenómeno de los niños prodigio y las pantallas de cine tendrán como protagonistas a jóvenes de muy corta edad que servían como " estandartes del talento de las nuevas generaciones españolas ", tal y como sostiene Virginia Sánchez Rodríguez en su artículo 'Flamenco, niñas prodigio y películas musicales durante el franquismo' (2016). Nombres como Pablito Clavo, Joselito, Rocío Dúrcal o Ana Belén serán por siempre asociados a este nuevo género cinematográfico. Pero, sin duda, el más conocido de todos ellos será el de Marisol.

Nacida en Málaga en 1948, se crió escuchando a artistas como Lola Flores o Imperio Argentina y desde una edad muy temprana destacó por su talento para el canto y el baile. Esto le permitió a los seis años entrar a formar parte de la agrupación malagueña de la Obra Sindical de Educación y Descanso (EyD). Una organización dependiente de la Delegación Nacional de Sindicatos de FET y de las JONS creada en 1938 y cuyo objetivo era, según su reglamento orgánico, «hacer posible que los trabajadores tengan forma de llegar a disfrutar de los bienes de la cultura, de la alegría y del deporte». En la práctica esto se traducía en que, a través de las actividades lúdicas organizadas por la EyD, la Falange extendía todavía más sus omnipresentes tentáculos y se adentraba en el ocio de los españoles.

Rocío Dúrcal y Marisol (Pepa Flores)Rocío Dúrcal y Marisol (Pepa Flores)

Allí desarrolló Pepa Flores sus habilidades artísticas (dentro de la sección de Coros y Danzas) con tal éxito que, durante una actuación de la agrupación en Madrid en 1959, le propusieron participar en un programa de la por entonces incipiente Televisión Española. Contrariamente a lo que se pueda pensar, no fue esa aparición televisiva lo que la catapultó al éxito, pero si sirvió para darla a conocer y llamar la atención del poderoso productor Manuel Goyanes.

Goyanes era, dentro de la industria cinematográfica española de aquellos años, una de las figuras más importantes junto a Cesáreo González y Benito Perojo. Los tres destacaron por su proximidad personal y profesional al Régimen, pero en lo que respecta al primero de ellos, sus vínculos eran notablemente estrechos. Amigo personal de Raimundo Fernández-Cuesta (Secretario de FET y de las JONS y varias veces ministro de Franco), Manuel Goyanes sería uno de los promotores de la creación del Departamento Nacional de Cinematografía en 1938 y posteriormente sería miembro del Consejo Superior de Cinematografía que en 1963 sustituyó al primero. Ambas fueron las principales instituciones encargadas durante el franquismo de la "vigilancia y orientación del cine español" a fin de que éste fuese "digno de los valores espirituales de nuestra patria".

Marisol en la película 'Tómbola' (1962)Marisol en la película 'Tómbola' (1962)

Al productor no le fue difícil, gracias a sus contactos, localizar a la joven malagueña a través de la EyD. Se trasladó personalmente a casa de los Flores-González para convencerles de que, si le dejaban, convertiría a su hija en una estrella. La oferta fue la siguiente: 40.000 pesetas y la promesa de que la niña continuaría sus estudios en Madrid, alojándose en la propia casa del productor junto a su madre. Los padres aceptaron y así fue como nació el mito de Marisol.

La cara dulce del Régimen

A partir de eso mismo instante se inició una campaña de marketing sin igual en la industria del cine para convertir a la niña Pepita Flores en la estrella Marisol. Un complejo proceso ideado y ejecutado personalmente por el propio Manuel Goyanes y cuyo primer paso fue rebautizar a la joven malagueña con el nombre de Marisol. La elección no fue casual, ya que tal y como sostiene Javier Barreiro en la biografía 'Marisol frente a Pepa Flores' (1999), " era un nombre ni especialmente raro ni demasiado usual y se avenía muy bien con la luminosidad que proyectaban el rostro y el aura de la protagonista ".

Marisol en el fotograma de una de sus primeras películasMarisol en el fotograma de una de sus primeras películas

Precisamente en estas últimas características será donde radique gran parte del éxito de la nueva estrella infantil: con su dulce voz, su luminoso pelo rubio, sus cristalinos ojos azules y su angelical rostro, Marisol personificaba los valores de futuro y modernidad que el régimen franquista quería exportar internacionalmente. Ella ya no se adecuaba al perfil racial y folclórico que había triunfado en los años 40, sino que su perfil era más propio de estrellas infantiles estadounidenses como Judy Garland o Shirley Temple. De hecho, mientras que a Lola Flores en su día le exigían lucir la bata de cola, ahora Marisol recibía clases de dicción para neutralizar su acento andaluz. Los tiempos cambiaban y los mecanismos de propaganda también.

En su primera película, 'Un rayo de luz' (1960), Marisol interpreta el papel de una huérfana de padre que viaja a España para buscar el apoyo familiar de su abuelo. Un drama aderezado musicalmente con canciones de éxito como 'Corre, corre, caballito' y cuya trama se basa principalmente en las ideas de reconciliación y reunificación familiar.

Extrapolando esto al contexto histórico, si bien quedaban todavía muchos años para que los dos bandos enfrentados en la Guerra Civil se reconciliasen, lo cierto es que la importancia de la institución familiar en la película sí coincide con su papel en la sociedad de aquellos años. Ya no solo es que la unidad familiar fuese uno de los bienes más preciados a proteger por el franquismo, sino que gozaba además de representación política en las Cortes Generales. Y es que a partir de 1942, los municipios, la familia y el sindicato serán considerados como "entidades naturales del Estado" y únicos cauces posibles para la expresión de la voluntad popular. Concretamente, la familia será durante esos años "la organización humana y primera del individuo".

Marisol actuando junto al Dúo DinámicoMarisol actuando junto al Dúo Dinámico

'Un rayo de luz' se convirtió en un rotundo éxito y, entre 1960 y 1969, la artista protagonizará una decena de filmes más cuyo hilo argumental girará siempre en torno a la misma idea: " La existencia de algún conflicto familiar que el angelical carácter de la niña actriz contribuía a resolver, todo ello aderezado con pinceladas de amoríos adolescentes y pueriles contratiempos ". Así lo explica Aurora Morcillo en su libro 'En cuerpo y alma: ser mujer en tiempos de Franco' (2015), donde además describe cómo se supo mercantilizar con éxito la popularidad de Marisol a través de numerosos medios.

La autora menciona al respecto la aparición de una revista dedicada exclusivamente a la actriz con el título 'Los amigos de Marisol', así como numerosas publicaciones de álbumes de fotos, recortables, cómics y libros infantiles. Todo ello basado en historias protagonizadas por la propia Marisol, quien también contó con su propia biografía distribuida en una colección por fascículos titulada 'Simpatía'. Y sin olvidar tampoco las miles de cartas que la artista recibía diariamente y que eran contestadas de manera personalizada por un equipo de la productora.

Marisol (Pepa Flores) en la Feria de Abril 1970Marisol (Pepa Flores) en la Feria de Abril 1970

Sin duda, un fenómeno sin precedentes del que se beneficiaron tanto Manuel Goyanes de manera directa en calidad de descubridor de la estrella como también el propio Régimen de modo indirecto. ¿Qué mejor modelo a seguir para las nuevas generaciones de españoles que una niña angelical y bondadosa como Marisol? Con el valor añadido además de su popularidad en el extranjero: la joven visitó, en cuestión de muy pocos años, países como Portugal, Angola, Sudáfrica, Estados Unidos y gran parte de Latinoamérica. España se abría internacionalmente y tenía en Marisol a la mejor embajadora posible.

De niña a mujer

El tiempo fue pasando y la joven que había protagonizado 'Un rayo de luz' con tan solo 12 años iba dejando atrás su infancia para dar la bienvenida a la adolescencia. Un trámite biológicamente natural pero que sus productores cinematográficos intentaron evitar a toda costa. ¿Cómo iba a dejar de ser Marisol una niña? Ella misma confesará años más tarde que se intentó frenar su crecimiento vendándole los pechos y vistiéndola de manera incongruente para su edad con el único objetivo de prolongar su éxito como estrella infantil. Pero finalmente hubo que ceder ante la evidencia de los hechos.

Marisol (Pepa Flores) presumiendo de la belleza de su juventudMarisol (Pepa Flores) presumiendo de la belleza de su juventud

El aparato propagandístico que giraba en torno a la artista decidió cambiar de estrategia y mostrar, a través de sus películas, la transformación de Marisol en toda una mujer. Eso sí, una mujer decente en todo momento y acorde con los dictados tradicionalistas de la propaganda oficial del franquismo. De ese modo, la artista pasó de ser la hija que cualquier padre quisiera tener a la novia que cualquier suegra soñase para su hijo. Un tipo de mujer que Javier Barreiro describe como "guapa, dulce, simpática, con ángel y carisma" y muy alejada del pecaminoso prototipo de "come hombres, celosa y lagartona" en el que el Régimen encuadraba a cualquier fémina de vida si no licenciosa, sí poco convencional.

La culminación de todo este proceso se produjo el 16 de mayo de 1969. Ese fue el día de su boda con Carlos Goyanes, hijo del hombre que la había descubierto. La ceremonia, como no podía ser de otro modo, se celebró siguiendo el rito católico y en la madrileña iglesia de San Agustín; contradiciendo así los deseos de la propia Marisol (quien soñaba con dar el sí quiero en su Málaga natal) pero asegurando la repercusión del evento como si de un acontecimiento nacional se tratase. Como cualquiera de sus coetáneas, se suponía que a partir de ese momento su existencia se basaría en los preceptos que el Régimen dictaba para las mujeres: ser ama de casa, cuidar a su marido y tener hijos. No obstante, la realidad no se correspondió con la trama de la ficción que era la vida de Marisol.

Marisol (Pepa Flores) y Carlos Goyanes durante su matrimonioMarisol (Pepa Flores) y Carlos Goyanes durante su matrimonio

La malagueña, lejos de seguir ese guión preestablecido, decidió romper con la que era su imagen hasta ese momento e inició un proceso de liberación personal que se tradujo en un nuevo rumbo en su carrera cinematográfica. Ya no habría más comedias musicales de corte infantiloide, sino películas a cargo de directores manifiestamente antifranquistas como Juan Antonio Bardem. Con él rodó 'La corrupción de Chris Miller' en 1972 y 'El poder del deseo' en 1975. Dos películas muy alejadas de lo que había sido su trayectoria hasta entonces pero cercanas al momento de inflexión que vivía el país.

El mismo año del estreno de esta última, Francisco Franco fallecía y la artista obtenía la nulidad de su matrimonio con Carlos Goyanes por "inmadurez de ambos cónyuges". Ambos llevaban años separados, pero las circunstancias del momento habían impedido su divorcio. Ahora, sin embargo, a sus 27 años, Marisol era al fin una mujer libre y decidida a renegar de su pasado. Ese 1975 no solo moría la dictadura que había regido el destino de España durante casi cuatro décadas, sino que también moría la Marisol que todos conocían. A partir de ese momento, la artista solicitó ser conocida por su verdadero nombre: Pepa Flores.

Marisol (Pepa Flores) posando en los años 80Marisol (Pepa Flores) posando en los años 80

No tendría que pasar ni un año para que se produjese un acontecimiento que no solo simboliza esa ruptura definitiva de Marisol con el pasado, sino que para muchos representa también el inicio de una nueva etapa para España. El 2 de noviembre de 1976, la revista 'Interviú' publicaba su decimosexto número y en su portada aparecía una sugerente joven con los pechos al aire y cubriéndose su intimidad con una rosa. Esa joven era ni más ni menos que Marisol. El icono infantil del franquismo se mostraba ahora en la plenitud de su sensualidad y protagonizaba el primer desnudo en una revista española desde los años 30. Tras esto, ni ella ni España volverían a ser nunca lo mismo.

La comunista a la que nadie tomó en serio

Si la sociedad que la vio crecer se sorprendió (e incluso asustó) al ver a la nueva Pepa Flores desnuda en 'Interviú', la sorpresa fue todavía mayor cuando en las páginas de esa misma publicación leyeron pocos años después que la popular artista se declaraba abiertamente "comunista-leninista". Se trataba de una entrevista realizada por el periodista José Calabuig en junio de 1978 y en ella no solo hablaba abiertamente de su nueva ideología, sino que arremetía duramente contra el sistema que forjó su carrera: "En el franquismo me robaron mi personalidad. Ahora ya no tengo nada que ver con aquella. Ni siquiera me llamo Marisol. No quiero ser Marisol. Yo soy Pepa Flores y, de ese ser maravilloso que crearon, nada de nada ".

Marisol (Pepa Flores) con el bailarín Antonio GadesMarisol (Pepa Flores) con el bailarín Antonio Gades

En efecto, la mujer de ahora ya nada tenía que ver con aquella que dulcificó la dureza de la dictadura durante sus últimas décadas. Y en ese radical cambio influiría mucho su relación amorosa con el bailarín Antonio Gades, al que conoció estando todavía casada con Carlos Goyanes y con el que contraería segundas nupcias en 1982. Eso sí, cualquier parecido con su primer enlace era pura coincidencia: fue una boda civil en Cuba, de carácter íntimo y teniendo como padrino al mismísimo Fidel Castro.

Pepa Flores se convirtió así en símbolo de la izquierda durante los convulsos años de la Transición, llegando a participar en mítines del partido Bloc d'Esquerra d'Alluberament Nacional (formación valenciana de ideología nacionalista) y en manifestaciones en contra de la adhesión de España a la OTAN. La artista pasó de que varias generaciones de españoles hicieran cola en el cine para disfrutar de sus aventuras infantiles a que la llamasen «roja» o «puta» cada vez que salía a la calle. Un tránsito que para ella merecía la pena para alcanzar el sueño del que se había visto privada desde niña: la libertad.

Marisol (Pepa Flores) en una manifestación organizada por el Partido ComunistaMarisol (Pepa Flores) en una manifestación organizada por el Partido Comunista

A pesar de todo, fueron muchos los que cuestionaron su reideologización tomando como argumento su pasado: ¿cómo un símbolo del franquismo podía erigirse al mismo tiempo como símbolo de la lucha antifranquista? Una de las más críticas con la antigua Marisol sería la periodista Maruja Torres, quien el 21 de octubre de 1983 firmó un artículo en 'El País' con el nada misterioso título 'El puño de Marisol'. En él deja entrever que la artista carece de ideología propia y que simplemente piensa lo mismo que su marido: "Para levantar el puño como el otro día lo hizo Marisol, sin una fisura, con toda convicción, como si acabara de tomar el Palacio de Invierno y freírse unas salchichas en el sótano, hay que tener la fe desesperada del viejo militante que se resiste a ver morir su sueño, o la fe pisoteada de la niña prodigio que nunca pudo crecer con una visión propia ".

La respuesta de la aludida no se hizo esperar y en una carta al director publicada cinco días después atacó con dureza los argumentos contra ella: "Lo que está claro que en realidad Maruja Torres no tolera, que la pone enferma, vamos, es el puño en alto. Solo comprensible en casos de viejos militantes trasnochados o de niñas prodigio neurotizadas por la vida. Alégrese Maruja Torres. Por una frase así, Franco la habría felicitado ". Pero no solo tenía reproches para la periodista, sino también para el propio periódico: "Está claro que se trata de opiniones que vienen del medio que tiene sus principales forofos en los esbirros del Pentágono y en las derechas pro USA".

Marisol (Pepa Flores) posa con sus hijas en su última aparición en un acto públicoMarisol (Pepa Flores) posa con sus hijas en su última aparición en un acto público

Lo que sí está claro es que, más allá de la verdadera adhesión (o no) al ideario comunista por parte de Pepa Flores, su carrera ya nunca volvería a ser lo que fue en aquella época que ella denosta. Poco a poco los proyectos fueron brillando por su ausencia hasta protagonizar en 1985 la que será su última película: 'Caso cerrado'. Con ella dio por concluida su etapa como artista y al poco tiempo decidiría volver a su Málaga natal para alejarse de todo. Allí sigue, disfrutando del tiempo perdido arrebatado e intentando ser una más entre la muchedumbre. Tarea harto difícil para un icono nacional de su talla.

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