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La tradicional Madrugá que se celebra en Sevilla cada madrugada del Jueves Santo, ha vivido este año una de las noche más bonitas y a la vez agridulces de Semana Santa. Esto no se ha producido por algo relacionado con la pasión de Cristo, sino con un grave incidente en el que varios intentos de estampida han interrumpido algunas de las procesiones celebradas la madrugada del 13 de abril.
Según ha informado Europa Press, el Palacio de Dueñas de la Duquesa de Alba protagonizó un momento generoso y emotivo, ya que, al oír desde dentro la estampida en las calles de Sevilla, Eugenia Martínez de Irujo y Carlos Fitz-James Stuart abrieron las puertas del Palacio de la Familia Alba. Los hijos de Cayetana de Alba abrieron con ayuda de Cayenta, hija de Eugenia Martínez de Irujo, las verjas del palacio, acogiendo a todo aquel que entraba con pánico y miedo tras lo sucedido.
Fue un momento de gran angustia para los asistentes y para la Familia Alba. La cara de la hija pequeña de Cayetana de Alba era de total miedo y desconcierto por lo sucedido. A su hija Cayetana le pudo el miedo de ver lo ocurrido. Una noche un tanto agridulce para los espectadores, que nunca podrán olvidar el solidario gesto de la Familia Alba.
Una noche difícil de olvidar
La policía tuvo que detener a un total de siete personas por numerosos desórdenes públicos y por desobediencia a la autoridad, tras interrumpir el recorrido de los pasos desde las cuatro de la mañana. Este suceso ha provocado el pánico entre los asistentes a las procesiones y numerosos cortes en las carreteras.
Hasta el momento se suma un total de 30 heridos y al menos 17 personas han tenido que ser trasladadas a diferentes hospitales de la zona por algunos traumatismos y crisis de ansiedad provocados por el suceso. Una noche muy difícil de olvidar que fue empañada por las lágrimas, el miedo y las caídas de muchos sevillanos.

