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Alfonso Díez ha decidido cambiar de opinión tras varios años y ha determinado que no va a vender uno de los regalos más grandes que le hizo la Duquesa de Alba, una casa que esta le compró en Sanlúcar de Barrameda. El funcionario puso a la venta la vivienda cuando la aristócrata falleció y, tras tenerla mucho tiempo en el mercado, no consiguió ningún comprador interesado en ella.
La casa está ubicada en una calle estrecha, teniendo dos alturas y un patio interior. Además, no está situada ni en el centro del pueblo ni en la playa, por lo que no era fácil de vender. Quizá por estas complicaciones, Díez ha decidido volver a pensar su decisión, y terminar aceptándola a pesar de que él prefería otros sitios como Tarifa. La Duquesa era consciente de sus preferencias, pero se empeñó en adquirir esa casa, algo que finalmente el palenciano ha terminado aceptando.
Nuevas reformas para acomodarla al verano
Además, según ha podido saber Semana, Díez está planteándose llevar a cabo algunas reformas para acondicionarla mejor para el verano, además de estar estudiando la posibilidad de instalar una pequeña piscina en el patio de la casa. La vivienda rondaba en valor los 200.000 euros, y el precio se incrementó por la reforma llevada a cabo por un arquitecto para adaptarla a las limitaciones de la Duquesa de Alba. Para la compra de esta, se solicitó una hipoteca que pagaba la aristócrata.
Tras su fallecimiento, fue Carlos Fitz-James Stuart, primogénito de la Duquesa, quien asumió los gastos debido a un "compromiso personal" que adquirió con su madre sobre el asunto, según desvela el citado medio. Pasado un año de su defunción, su hijo pagaba la última letra de la hipoteca, por lo que Alfonso Díez puede disfrutar de ella con total tranquilidad.


