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Brais Besteiro

Brais Besteiro

Redactor especializado en entretenimiento, moda, belleza y redes sociales

Publicado el Domingo 30 abril 2023 12:00

Última actualización: Miércoles 3 mayo 2023 14:20

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'El camino a casa' llega a LaSexta para mostrar en lado más desconocido de algunos rostros conocidos: el niño que fueron y que les ha llevado a ser quiénes son hoy en día.

Salvo raras excepciones, la mayoría de las celebridades fueron niños anónimos como cualquiera otra persona, como cualquiera de sus fans hoy en día. En su vida adulta los conocemos por sus trabajos e incluso por sus aspectos más personales, pero dieron sus primeros pasos y viviendo sus primeras experiencias en sus pueblos o ciudades natales haciendo cosas tan normales y comunes como ir al colegio o jugar en el parque.

Es precisamente en el algo tan común como el camino diario del colegio a nuestras casas donde Albert Espinosa ha encontrando el lugar y el momento para su nuevo programa, 'El camino a casa'. Como él mismo nos cuenta, el cáncer prematuro que sufrió a los catorce años le cambió y sobre todo le apartó de la vida tal y como la conocía y como la siguieron viviendo sus amigos. Fue entonces cuando apreció los pequeños detalles como el simple hecho de caminar de casa al colegio y del colegio a casa.

Y es ahí donde se ha propuesto -con éxito ahora tras grabar los programas- conocer a personajes como Jesús Janeiro, Ana Peleteiro, Luis Tosar, Rosa López, Fernando Tejero y Pocholo a quienes acompañó muchos años más tarde a volver a hacer ese recorrido hasta la casa de su infancia recordando y reconectando con todo aquello que viviendo de niños y los que fue importante y marcó hasta el punto de acabar siendo quiénes son hoy en día.

Entrevistas con Albert Espinosa

Bekia: ¿Cómo y cuándo surge la idea?

Albert Espinosa: Yo he tenido durante años la idea del programa, pero quería presentarlo yo y todavía no quería pasar al otro lado. Y yo como estuve enfermo de pequeño y dejé el camino a casa a los 14 años, cuando estuve en el hospital para mí siempre fue algo que tenía muy mitificado. Entonces pensé en descubrir, no quiénes son esos personajes famosos, sino quiénes eran, los trucos que tenían para convertirse en esos adultos. Y un día que fui a hacer una entrevista a 'El Hormiguero' les conté a Pablo Motos y a Jorge Salvador el programa, les encantó y en 36 horas habían vendido a Atresmedia.

B.: Ha estado entonces más tiempo la idea en tu cabeza que por los despachos.

A.E.: Ha sido hace años, claro. Yo siempre lo comentaba que tenía en mi cabeza un 'late night', un programa de entrevistas que era este, y un concurso. Pensaba: 'Cuando sea presentador lo explicaré', pero cuando vi cómo les encantaba y cómo entendían el programa pensé que era el momento.

B.: ¿Y qué crees que fue lo que más les ha gustado a los famosos invitados del programa como para aceptar grabarlo? Sobre todo cuando es algo tan personal suyo y siempre suelen ser bastante reservados para esas cosas.

A.E.: Yo creo que les gustaba mucho el ir a un programa en el que no tengas que promocionar algo. A todos los programas de entrevistas vas a promocionar. Y aquí también les gustaba la idea de no tener que hablar de amores, de trabajo, de por qué hiciste esto... sino que es de volver al pasado. Yo siempre les decía que a mí no me interesaba nada de lo que hacen o de su trabajo, sino el niño que fueron. Más que llevarlos a un sitio de viaje es hacer el camino a casa, el recorrido que hicieron durante por lo menos 15 años varias veces al día. Esa era la parte emocional.

B.: ¿Y os costó que alguno de ellos aceptase? ¿O alguno que os haya dicho que no cuando se lo propusisteis?

A.E.: Había mucha persona famosa que no entendía el programa y dijeron que no al principio y ahora nos han dicho que sí. Cuando ves el programa te das cuenta de que mola, pero al principio cuesta un poco, no sabes lo que quieren conseguir. Yo cuando les daba algunas premisas una era que quería hacerles llorar porque es lo que me gusta, que la gente rompa a reír y también a llorar. Y logramos que los seis lloren de emoción. Y es algo raro porque en la tele cuando alguien llora siempre es 'cálmate y ahora seguimos' y aquí no, la idea es que puedan emocionarse cuando conectan con el niño. Por eso no fue hasta que vieron las promos que muchos dijeron que sí y ojalá podamos hacer con ellos también el camino a casa.

B.: ¿Recuerdas algún momento especialmente emotivo? Ese que sabes que va a hacer que toda la audiencia sienta un pinchacito en el corazón.

A.E.: Con Jesulín por ejemplo volvemos a la que fue su casa cuando vivían los cuatro hermanos en una misma habitación. Una casa muy pequeña en la que no había estado en treinta y siete años. Y cuando alguien vuelve a la que fue su casa con los recuerdos con personas con las que quizá ya no están ahora, eso me emocionó. Teóricamente no íbamos a entrar en esa casa, pero tuvimos suerte. Todo era muy improvisado y tuvimos la suerte de que alguien tenía la llaves. No era lo mismo verla desde fuera que pisar los propios recuerdos. Yo cada vez que lo veo lloro.

B.: ¿Cómo fue el proceso de producción de cada uno de los programas? ¿Contabais con alguien de la familia para recabar información?

A.E.: El propio invitado nos facilitaba cosas suyas que le gustarían o que eran importantes. Le hacían una entrevista y hablaba de lugares y había un equipo que intentaba ver si encontraba algo. Pero por mi parte yo desconocía todo. Yo les pedí que a mí no me contaran el camino. Yo empezaba a andar desde su colegio y no sabía si era a la izquierda, a la derecha, qué iba a pasar... yo me emocionaba con él con lo que descubrían. La gracia era improvisar. Pasábamos delante de una iglesia y decían 'aquí pasó algo' y rápidamente intentaban conseguir un permiso e intentar entrar; o alguien venía y nos decía algo y se le pedía a esa persona si quería participar. 'El camino a casa' es siempre un camino con sorpresas. Si yo supiese lo que pasaba y tuviera preguntas guionizadas yo creo que se notaría que no era un camino a casa. Creo que parte de eso era dejarte llevar. Siempre son ellos los que dirigen.

B.: Al final son ellos lo que te llevan a ti de paseo.

A.E.: Porque es su camino a casa. Se lo saben de memoria. Y a veces cogían otro camino porque era el que se sabían o porque se escapaban, iban a hacer alguna perrería... Ha sido muy divertido porque al minuto dos entendían el formato. En cuanto les ponías la mochila era ellos mismos. A cualquiera que le pidas que te lleve a su camino a casa se acordaría perfectamente. Yo no puedo llevarte porque no tengo ni idea de qué hacías, qué pasó en determinado sitio, si te enamoraste, si te besaste con alguien... Si se abrían es cuando funcionaba el programa. Y los seis lo hicieron.

B.: Al final el niño interior siempre es un recuerdo emotivo. Pasan muchísimos años desde que lo fuimos, pero todos tenemos un recuerdo muy nítido. Puede que otros momentos de nuestras vidas más recientes los tenemos más olvidados, pero esa parte de nuestras vidas está muy presente.

A.E.: Sobre todo cuando haces una actividad física que hacías de pequeño te aparece. Por eso cuando les hacemos caminar por las calles que caminaron te aparece. Es como si yo a ti ahora te doy tu juego favorito de la infancia y te pido que juegues, aparecerá el niño porque es lo que tienes dentro. Eso era lo que intentábamos con el programa: disfrutar de cómo se construyeron.

B.: ¿Y hay algo de alguno de ellos que te hayan contando que te sorprendió especialmente?

A.E.: Fernando Tejero fue la historia que me conmovió más porque no vivió con su familia, vivió con otra persona y es como alguien que tiene dos caminos a casa porque vivió en dos casas con diferentes personas. Me fascinó mucho. Y en cuanto a profesiones que se imaginasen de pequeños, pues con Jesulín. A mí antes de que me cortasen la pierna era muy bueno jugando al fútbol, jugaba con los alevines del Barça. Nadie me lo puede desmotrar, así que era buenísimo. Y Jesulín también presume de ser muy buen portero y que habría acabado en la Selección Española y fue muy interesante ese duelo entre dos porteros que nunca lo fueron, pero se lo creen. Dos carreras cortas pero intensas en las que nosotros triunfamos. Luego elegimos otras carreras en las que también triunfamos.

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