Sarah Ferguson, en el punto de mira por su correo de disculpas a Jeffrey Epstein

Sarah Ferguson vuelve a estar en el centro de la polémica. La Duquesa de York envió en abril de 2011 un correo electrónico a Jeffrey Epstein, en el que se disculpaba por haber renegado de él en una entrevista anterior. En el mensaje, lo califica como "fiel amigo, generoso y supremo" para ella y su familia, pese a que el magnate ya había sido condenado por prostitución de menores.

Un mes antes, en marzo de 2011, Sarah Ferguson había declarado al Evening Standard que aborrecía la pedofilia y que jamás volvería a tener relación con Epstein. Reconocía haber aceptado más de 17.000 euros del empresario para pagar salarios y facturas, y calificaba ese vínculo como un " terrible error de juicio ". Sin embargo, el correo posterior contradice esa postura, lo que ha generado una fuerte controversia.

Sarah Ferguson en la presentación de su novela en un programa de televisión

Según fuentes cercanas a la Duquesa, el correo fue enviado para "apaciguar las amenazas" de Epstein, quien habría considerado demandarla por difamación tras sus declaraciones públicas. En el mensaje, Sarah Ferguson se justifica diciendo que estuvo "paralizada por el miedo" y que actuó bajo consejo legal para evitar más problemas. " Estaba rota y perdida ", escribió, pidiendo compresión.

Tras la publicación del correo, Sarah Ferguson ha sido apartada del patronato de Julia's House, una organización benéfica infantil británica. La entidad considera "inapropiado" que continúe como patrocinadora, dada la gravedad del contenido revelado. La noticia ha supuesto un nuevo golpe a su reputación, ya marcada por años de escándalos y controversias públicas.

La revelación llega pocos días después de que la Duquesa fuera fotografiada junto al Príncipe Andrés en el funeral de la Duquesa de Kent. En 2011 aún no se conocía públicamente la estrecha relación entre Andrés y Epstein, ni las acusaciones de Virginia Giuffre contra el Príncipe. El acuerdo extrajudicial alcanzado en 2022, financiado por la Reina Isabel II, y el posterior suicidio de Giuffre en abril de este año, añaden una dimensión aún más delicada al escándalo que ahora vuelve a salpicar a Sarah Ferguson.

El Príncipe Andrés y Sarah Ferguson en la celebración de Ascot 2019

La filtración del correo ha reavivado el debate sobre el papel de los York en la monarquía británica. A pesar de los escándalos, tanto el Príncipe Andrés como Sarah Ferguson continúan residiendo en el Royal Lodge de Windsor y han sido vistos en actos oficiales como funerales y celebraciones religiosas. Esta presencia incomoda a sectores de la familia, especialmente al Príncipe Guillermo, quien considera que su permanencia en la esfera pública daña la imagen de la institución.

Choque entre padre e hijo

Por otro lado, la tensión entre Carlos III y su heredero es cada vez más evidente. Mientras el monarca se resiste a repudiar por completo a su hermano y a su excuñada, apelando a su lealtad histórica a la corona, Guillermo exige medidas drásticas. Fuentes cercanas aseguran que el Príncipe de Gales quiere que se les excluya de los actos familiares y que se les desaloje del Royal Lodge, una residencia que Andrés se niega a abandonar. Esta nueva guerra interna amenaza con abrir otra grieta en una monarquía ya marcada por divisiones.