-
Raúl Rodríguez y Silvia Taulés nos cuentan su papel en 'La familia de la tele'
-
Kiko Matamoros y Lydia Lozano: "Nuestro público es de todas las edades y RTVE tiene un público muy pegado a las novelas, al que tenemos que captar"
-
Carlota Corredera y Javier de Hoyos: "La tele tiene que representar al público también y aquí están todos los perfiles posibles&quo;
-
Así se tomó Felipe VI que la Infanta Sofía no quisiera recibir formación militar
-
Belén Esteban: "Estoy emocionada, muy contenta y muy feliz por llegar a RTVE"
-
Manu Baqueiro: "Tuve como referente a Bruce Willis en 'Luz de Luna' para mi trabajo en la serie 'Perdiendo el juicio'"
-
Magdalena de Suecia responde a las críticas y explica por qué le han permitido lanzar su propio negocio
Nuevo revés para la Infanta Cristina. Este miercoles, el Ayuntamiento de Barcelona votó para retirar la Medalla de Oro de la ciudad a la hermana del Rey de España. La propuesta vino de ERC, que señaló que la sola imputación de Cristina de Borbón era suficiente para que se le retirara tamaño honor. Lo cierto es que su visión caló y fue un rotundo éxito, pues se resolvió con 12 votos a favor y 3 abstenciones.
El voto favorable vino de la mano del partido que gobierna el Ayuntamiento Barcelona en comú, así como de ERC, PSC, CiU y la CUP. Por su parte, Ciutadans y el PP se han abstenido dando como argumento que lo deseable sería votar cuando hubiera sentencia, respetando así la presunción de inocencia de Cristina de Borbón.
Adiós a 'La Nostra Infanta'
El Ayuntamiento de Barcelona quiso tener un gesto a la conocida como 'La Nostra Infanta' y le concedió la Medalla de Oro de la ciudad condal en 1997, justo antes de su boda con Iñaki Urdangarín. Cristina de Borbón vivía allí de forma estable desde 1992, y fue allí donde se casó, donde nacieron sus 4 hijos y donde vivió hasta que en 2009 se exiilió con su familia a Washington. Regresó en 2012 para un periodo de unos meses que fue un infierno con el Caso Nóos en plena ebullición.
Cuando recibió la Medalla de Oro, la Infanta Cristina se mostró muy agradecida, ofreció un discurso en castellano y en catalán y aseguró sentirse como una ciudadana más en Barcelona. Eran buenos tiempos para Cristina de Borbón, que se sentía querida y respetada en una urbe en la que hoy no quieren saber nada de ella.


