Once años después de que un diputado diera la voz de alarma en el parlamento balear de lo que por aquel entonces se denominó como derroche de dinero, Iñaki Urdangarín conoce qué será de su futuro tras haber sido juzgado por delitos de malversación, prevaricación y falsedad documental, fraude a la administración, dos delitos fiscales, estafa y blanqueo de capitales.
El ex Duque de Palma y su mujer la Infanta Cristina, que tendrá que pagar previsiblemente una indemnización por responsabilidad civil, no han acudido a Palma para asistir en persona a la lectura de la sentencia que dará un giro radical a sus vidas. Han preferido quedarse en su hogar de Ginebra, que se ha llenado de periodistas y curiosos desde que se supiera la fecha de la lectura de dicha sentencia.
Ginebra, el refugio de los Urdangarín desde hace 3 años
Allí se mudaron hace tres años, tras su vuelta de Washington. El matrimonio y sus cuatro hijos viven en una casa en alquiler pagada por la fundación del banco en el que trabaja la Infanta Cristina. Por su parte, Iñaki Urdangarín, que se vio obligado dejar su trabajo en Telefónica, se dedica al cuidado de sus cuatros hijos y se le ve con frecuencia haciendo running o montando en bici por la ciudad.