Felipe VI ha puesto punto final antes de tiempo a sus vacaciones familiares en Grecia para regresar inmediatamente a España, ante la magnitud de lo s incendios forestales que están arrasando varias comunidades autónomas. La situación de emergencia nacional ha obligado al monarca a dejar atrás unos días de descanso junto a la Reina Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía.
Nada más aterrizar en Madrid, el Rey se desplazó a la Base Aérea de Torrejón para reunirse con el equipo de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Allí recibió información de primera mano sobre el despliegue de efectivos en las tareas de extinción y expresó públicamente su apoyo y reconocimiento a la labor de la UME, resaltando el compromiso de todas las unidades implicadas en la lucha contra el fuego.
Durante esta crisis, Felipe VI ha mantenido una comunicación constante con el Gobierno central y los presidentes autonómicos de las regiones más afectadas, interesándose en todo momento por la evolución de los incendios y la situación de las víctimas. El monarca ha reiterado su intención de visitar personalmente las zonas más golpeadas una vez que la situación esté bajo control y sea seguro desplazarse.
Tragedias personales que empañan el verano real
Estos días complicados también han estado marcados por otras preocupaciones para la Casa Real, como la salud de la Princesa Irene de Grecia y, especialmente, el grave accidente sufrido por Jaime Anglada, amigo personal del Rey. Anglada continúa ingresado en la UCI tras ser arrollado por un coche, aunque su evolución reciente ha sido calificada como "satisfactoria", dentro de la gravedad.
La actuación del rey durante esta crisis confirma las palabras de expertos en protocolo como María José Gómez Verdú: " La Corona no se detiene en verano ". Aunque estas fechas suelen estar reservadas para la privacidad familiar, Felipe VI ha priorizado su papel institucional ante una emergencia nacional.