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El 13 de febrero de 2018 moría a los 83 años Enrique de Dinamarca. Como Margarita II nunca le elevó a Rey consorte y solo fue Príncipe consorte, se negó a ser enterrado en el mausoleo real de la catedral de Roskilde, donde se esperaba que fuera sepultado como consorte real.
Su último deseo fue ser incinerado y que sus restos fueron divididos en dos. Por un lado serían lanzados al mar Báltico que baña las costas danesas, y por otro, sus cenizas descansarían en los jardines del Palacio de Fredensborg. Han pasado 7 meses, y por fin la Familia Real Danesa ha podido cumplir los deseos del Conde de Monpezat.
Un acto privado
El comunicado emitido por la Casa Real Danesa explica que la Familia Real Danesa se reunió para este acto, así que además de la Reina Margarita estuvieron sus hijos, sus nueras, sus nietos y quizás la Princesa Benedicta y otros miembros de la dinastía.
No se han querido explicar más detalles al considerar que es un acto privado, nada que ver con el funeral que se le dispensó, que fue retransmitido y ampliamente fotografiado. La Casa Real Danesa dio todos los honores al Príncipe Enrique, aunque los royals extranjeros no fueron invitados más allá de los Reyes de Grecia, presentes por ser cuñados del Conde de Monpezat.

