ANTES DEL JUICIO

Los amigos de la Infanta Cristina salen en su defensa: "Conocía el trabajo de Urdangarín pero no pensó que fuera algo ilegal"

Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal han defendido a su amiga asegurando que "es muy normal que no entendiera los detalles de cómo funcionaba su empresa".

Bekia 17 Julio 2015 en Bekia

Tras tener que perder su casa de Pedralbes, haber perdido el título de Duquesa de Palma, haber sido completamente apartada de la Familia Real y a muy pocos meses de tener que sentarse en el banquillo acusada de dos delitos fiscales, la Infanta Cristina vive un auténtico calvario.

En el próximo número de la revista Vanity Fair algunos de sus amigos y conocidos hablan de cómo está viviendo tanto la Infanta como su marido Iñaki Urdangarín este duro trance apartados de todos y de todo en Ginebra.

Su prima Alexia de Grecia asegura que "está dolida" y que considera que se está poniendo en tela de juicio "solo una parte de su vida", olvidándose de todo "lo que ha hecho por España". Asimismo, Rosario Nadal defiende sus escapadas o salidas lujosas.

"¿Tiene algo de malo que la gente que los conoce les invite a pasar fines de semana o a restaurantes de lujo?", pregunta defendendiendo a la Infanta como también lo hace su marido Kyril de Bulgaria: "Nunca ha ido a renovarse el pasaporte o el DNI, así que es muy normal que no entendiera los detalles de cómo funcionaba su empresa. Ella conocía el trabajo de su marido, pero no pensó que estuviera haciendo nada ilegal".

"Está siendo muy difícil pasar de ser la Infanta moderna a supuesta ladrona"

El mismo argumento es el que aportan sus amigos Cristina Fernández y Roberto Molina para defender la inocencia de la hija del Rey Juan Carlos: "Hay que comprender que ella es una Infanta de España, nunca se ha encargado de estas cosas. Cuando nos compramos una casa, nosotros le explicamos qué era una hipoteca".

Por su parte, Álvaro de Marichalar insiste en que "Cristina debe asumir la responsabilidad que tiene por estar implicada en un entramado de corrupción deleznable, promovido por su marido, que pudo hacer lo que hizo por estar casado con ella. Eso es así y ella lo sabe".

Pero aunque lo sepa o no, lo cierto es que "está siendo muy difícil pasar de ser la Infanta moderna, tan querida...a supuesta ladrona. La han convertido en un monstruo interesado, altivo y egoísta, porque eso vende. A la infanta no la está juzgando la justicia, sino la opinión pública y los intereses creados", asegura Rosario Nadal.

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