A pesar de que un buen número de trabajadores pudieron volver a sus puestos tras la primera ola del coronavirus, la odontóloga pertenece a los que todavía siguen en ERTE.
La pandemia se ha llevado muchas vidas por delante, ha colapsado el sistema sanitario y ha provocado una gran crisis económica que ha afectado a un gran número de personas. Desde marzo de 2020 un importante número de empresas se acogieron a ERTES que se fueron terminando a medida que iba mejorando la situación sanitaria.
Sin embargo, hay trabajadores que vieron cómo terminaba el confinamiento y cómo el otoño de 2020 volvía a traer más restricciones mientras ellos y ellas no habían salido todavía del ERTE. Una de esas personas es María José Campanario, que como señala Look, termina 2020 sin haber podido volver a trabajar en la clínica dental en la que está empleada.La mujer de Jesulín de Ubrique había empezado a trabajar con mucha ilusión en una clínica dental de la localidad gerundense de Lloret de Mar, donde fue contratada en primavera de 2020. Allí era feliz. Se llevaba bien con sus compañeros, estaba tranquila y era bien valorada. Todo eran cosas buenas a pesar de lo incómodo que le resultaba tener que viajar desde Cádiz hasta Lloret de Mar.
Y entonces llegó el confinamiento. A pesar de que los clientes fueron volviendo una vez se relajaron las medidas, se mantuvo un ERTE que ha afectado a María José Campanario, que ha visto cómo se iban mermando sus ingresos. Además, sentirá un gran temor a no poder recuperar su empleo, como le ocurrirá al resto de personas afectadas por un ERTE.Un proyecto para Ambiciones
Afortunadamente, ella tiene un sostén familiar con el que puede seguir manteniéndose además de con la prestación que recibe. Jesulín de Ubrique y María José Campanario han querido reinventarse y han puesto en marcha un negocio con Ambiciones, su finca, que alquilarán para la celebración de eventos. La pandemia no permite grandes alegrías ni que el negocio, pero esperan comenzar a mediados de 2021, cuando quizás la situación haya mejorado.