La influencer ha contado cómo ha vivido el susto que le ha dado su hermano y cómo está evolucionando.
La salud de Diego Matamoros ha conseguido preocupar mucho a su seguidores, y como era de esperar, a su familia. El hijo de Kiko Matamoros compartía a través de su cuenta de Instagram el percance que había sufrido en su casa, algo por lo que tuvo que ser ingresado de urgencia en el hospital. "Mi espalda empezó a fallar de nuevo. El viernes estaba en casa muy tranquilo, preparando un viaje para irnos fuera unos días. De repente tuve una crisis severa en la espalda, un tema congénito degenerativo que tengo y está relacionado con hernias discales y con la médula", comenzó contando.
Ahora ha sido su hermana, Laura Matamoros, la que ha mostrado su preocupación por lo que le ha ocurrido: "Han sido unos días en los que lo ha pasado bastante mal en el hospital y hoy ya por fin ha podido irse a casa»", ha desvelad, para añadir: "Ha sido un susto bastante grande". Lo cierto es que el influencer estuvo una hora sin poder pedir ayuda hasta que consiguió moverse un poco y alcanzar su móvil. "Ahora me río...", ha dicho ella, poniendo un poco de humor, aunque la situación no fue para eso. Por otro lado, Laura Matamoros ha contado que su hermano no había dado mucha importancia a lo que le sucede cuando fue a otras revisiones: "Al final se le está pinzando un nervio de la médula...", y ha contado que fue su padre el que se lo contó: "Me llamó el sábado por la mañana. Yo con Diego no pude hablar. Me llamó él y ya pues corriendo me fui a verle al hospital". Por suerte, parece que todo está yendo bien y que se está recuperando. "Ahora todo es ya más tranquilo", ha concluido su hermana.
Por su parte, él dio más detalles de lo que le ocurrió: "Me quedé en el suelo y no tenía teléfono. Después de más de una hora, pude coger el teléfono y llamar. Luchando contra el dolor, ahora parece fácil, pero en ese momento fue una tortura. Llamé a familiares, a la ambulancia, Marta se pudo colar por la ventana. Me trasladaron al hospital el viernes en ambulancia en la camilla". Poco a poco
Además, reveló cómo había sido su estancia en el hospital: "He estado sedado. Me han hecho la resonancia, las vértebras están deterioradas y la médula un poco tocada. Ayer me hicieron una intervención, la unidad me pinchó en la médula y me inyectó corticoides, lo que hace que, en al menos cuatro días o así, pueda a empezar a caminar más o menos de manera normal. Ahora mismo me levanto y voy como un abuelillo, se me doblan las piernas. Lo siguiente es el tratamiento con los fisios".