Pero al final ha llegado el viernes 13 de julio y al final un hijo es un hijo y un padre es un padre, por lo que Kiko Matamoros se ha enfundado en un traje azul con corbata y camisa a juego y ha tomado un coche que le ha conducido a la finca de El Escorial en la que se ha celebrado el enlace de su hijo Diego Matamoros con Estela Grande.
A su llegada se ha producido una pequeña revolución y él, una vez ha aparcado su vehículo, ha charlado unos minutos con los medios de comunicación tratando de ocultar un poco esa emoción que dejaba entrever con la voz algo entrecortada. "Me ha costado decidirme pero entiendo que es lo mejor, aunque solo sea para mí", comentaba explicando que había tomado tan solo un día antes la decisión y se la había comunicado únicamente a su mujer Makoke, la hija que tiene con ella y su hija Laura Matamoros.
Muy duro con su excuñada Mar Flores
De hecho, aunque llegaba en son de paz, ha bromeado con que su regalo de bodas era "mi asquerosa presencia" y se ha mostrado durísimo con la que fuera su cuñada Mar Flores: "Vendrá cuando las ranas críen pelo, aquí no hay millonarios hoy".