Maxwell fue pareja de Jeffrey Epstein y está condenada como cómplice en el caso de abuso sexual a menores que envuelve a su expareja. El Príncipe Andrés fue rápidamente vinculado al caso cuando estalló por la relación de amistad que mantenían el hijo de Isabel II y el magnate americano. El Príncipe en ningún momento negó su relación con Epstein y eso, sumado a la acusación de violación de Virginia Roberts contra el Príncipe Andrés, hundió la imagen del británico.
Ahora, tiempo más tarde, la exmujer de Jeffrey Epstein ha calificado al hermano del Rey de Reino Unido como un gran amigo, algo que choca sobre todo porque el padre de Eugenia y Beatriz de York sí negó cualquier relación con la mujer de Epstein. "Me siento tan mal por él... Sigo lo que le está pasando. Está pagando un precio muy alto. Lo considero un querido amigo, me preocupo por él", dice Maxwell.
Además, Ghislaine Maxwell también ha hablado sobre la polémica fotografía del Príncipe junto a Virginia Roberts en la casa de Maxwell en 2001. En la foto, aparecen los tres muy sonrientes. El Príncipe abraza a Roberts por la cintura. "No creo que sea una imagen real y no creo que sea lo que parece ser", dice la complice de Epstein.
No obstante, el Príncipe Andrés no es la única personalidad a la que Maxwell hace referencia. Bill Clinton, ex Presidente de Estados Unidos, también tiene cabida en la entrevista. Con él asegura haber mantenido una amistad duradera y especial a lo largo de los años. "Teníamos mucho en común. Me siento mal de que sea otra víctima por su asociación con Epstein", se apena.
Su vida en prisión
Ghislaine Maxwell permanece encerrada desde julio de 2020. Durante la entrevista a Daily Mail, también ha dado detalles de cómo es su vida ahora en una celda. Sobre todo al saber que, en su día, la mujer se recorría el mundo en jets privados y vivía con todo lujo. Su mundo ahora se reduce a una celda de apenas nueve metros cuadrados que comparte con otras tres reclusas.
La amiga y complice de Epstein comenzó su condena en el Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn, en Nueva York, donde denuncia haber sufrido unas condiciones de vida infrahumanas privada de alimentos y agua limpia. Además, asegura que vivió atemorizada por la amenaza de una compañera de aquella prisión, que planeaba matarla.
Ahora, la reclusa ha sido trasladada a la Institución Correccional Federal de Tallahassee, en Florida, donde se pasa recluida en la celda de nueve metros cuadrados 23 de las 24 horas que tiene el día. En esta prisión denuncia que nadie tiene acceso a internet. "Solo puedes enviar un correo electrónico a una breve lista de contactos aprobados. No hay ordenador. Si tienes que escribir algo es con una máquina de escribir antigua". "Si bien las llamadas telefónicas están permitidas, la falta de teléfonos te priva de ese derecho", confiesa.