A Saray Montoya no podría irle mejor. Aunque no consiguió hacerse con la victoria tras su paso por 'Supervivientes 2018', la sevillana ha podido ir ahorrando algo de dinero y no le han hecho falta los 200.000 euros que ganó Sofía Suescun para comprarse un pedazo de casoplón en una de las mejores urbanizaciones de la capital andaluza. Como buenas estrellas de reality que son, la familia ha abierto las puertas de su nuevo hogar a las cámaras de 'Sálvame' para mostrarles cada recoveco de la casa.
Lo cierto es que los telespectadores ya pudieron colarse en la primera casa de la familia Montoya gracias a su participación en 'Los Gipsy Kings', y aunque aquel hogar de las 3.000 viviendas no estaba nada mal, la mansión de la que ahora son propietarios no tiene nada que envidiarle a las que se pueden ver por las calles de Beverly Hills.
El marido de Saray Montoya enseña el jardín de la nueva casa / Telecinco.esDos salones, dos jardines, piscina, ... A la finca no le falta de nada, y es que con el medio millón de euros que les ha costado, no está la cosa como para que la casa tuviera algún defecto. Eso sí, los Montoya no han tardado en ponerse manos a la obra, literalmente, y tienen toda la vivienda patas arriba porque han empezado a reformar cada rincón de su nuevo hogar.
Los Montoya decoran dos veces
De este modo, como si se tratara de un programa de reformas de casas de Divinity, el matrimonio ha preferido ahorrarse el dinero de la remodelación y han puesto la vivienda a su gusto con sus propias manos. Juntos han pintado todas las paredes y la exsuperviviente ha sido la encargada de colorear la chimenea de uno de los salones. Por su parte, el marido de la sevillana ha puesto una isla de cocina y ha instalado toda la fontanería necesaria. Además, la pareja se ha sumado a la moda de los palés y han utilizado estos tablones de madera para fabricar sus propias rinconeras de jardín, y es que según la matriarca, necesitaba "más de cuatro o cinco" y cada una le costaba la friolera de 800 euros. No hay nada mejor que un mueble tipo DIY para darle un toque original a la casa y, ya de paso, ahorrarse un poco de dinero, ¡claro que sí!
