Rafa Nadal niega su relación con el cierre de la histórica pastelería en Lisboa

La histórica y famosa 'Pastalaria Suiça', que lleva abierta desde 1922, ha servido dulces, cafés y licores a grandes personalidades como Orson Welles, María Callas, Marlene Dietrich e incluso a los Duques de Windsor. Además, esta cafetería fue un punto de encuentro entre espías y los refugiados que utilizaban la capital lusa como puerto de salida durante la Segunda Guerra Mundial.

Al hacerse publica esa información surgieron todo tipo de especulaciones sobre los motivos del cierre, entre ellos, uno de los rumores que salió a la luz con más fuerza fue relacionado con el tenista Rafa Nadal y el grupo de inversión español Mabel Capital, que compró el bloque de edificios en el que se cuenta la cafetería. Varios diarios publicaron que, en dicho grupo, Rafa Nadal era participante y que podría salvar la histórica cafetería. Pero la realidad es totalmente distinta, ya que Nadal no tiene nada que ver con el grupo que ha comprado el bloque y, además, la pastelería 'Suiça' no desaparece por la presión de los nuevos dueños.

La carta escrita de Rafa Nadal para explicar la polémica

Por ello, el deportista español se ha visto obligado a publicar un mensaje a través de su Facebook para hacer frente a la oleada de noticias que le relacionaban con el cierre de la cafetería en Lisboa. También, ha afirmado que no tiene ningún tipo de participación en Mabel Capital. "Tanto en Portugal como en España fueron publicadas informaciones que me asocian con un grupo de inversión que compró un edificio emblemático en Lisboa, dentro del cual se encuentra la Pastalaria Suiça", explica el tenista. "Estas noticias me han sorprendido bastante visto que ni tengo ningún tipo de vínculo con ese grupo, ni con la compra del inmueble", aseguraba Rafa Nadal.

Falta de clientes

Los dueños de la pastelería han aclarado que, aunque negociaban su permanencia en el espacio desde 2015, mucho antes de la compra del bloque por parte del grupo de inversión Mabel Capital, la decisión de cerrar este año se debe al mismo motivo por el que las demás tiendas han ido cerrando sus puertas al público: la falta de afluencia de la gente. Pese a situarse en una de las zonas más transitadas de Lisboa, aseguran que los gustos han cambiado y no hay suficiente clientela como para justiciar la permanencia ahí, aunque no se descarta el traslado a una tienda más pequeña.