Valle de Turón, Asturias, 1995. La tranquilidad de este lugar de la cuenca minera asturiana se rompe con la aparición de un cadáver en posición penitente. La víctima es un anciano de la zona tan conocido como odiado. El único testigo es otro anciano, Tomasín, una persona con discapacidad que no puede comunicarse. La investigación corre a cargo de dos guardias civiles, uno de ellos, Daniel Caicoya, natural del valle y que por el enfado de su padre llevaba 10 años sin pisarlo.

La venganza parece estar detrás de un asesinato que para ser entendido hay que retrotraerse hasta 1940, cuando en lo más duro de la posguerra se utilizó el Pozo Fortuna como lugar de ejecución y fosa común, una crueldad de la que se aprovecharon individuos como la víctima. Su historia es ficción, pero desgraciadamente, la triste historia del Pozo Fortuna es muy real, y aunque se quiso tapar, de hecho literalmente porque se cerró el pozo y se construyó una carretera encima, la verdad terminó saliendo a la luz.
Así es la historia que nos cuenta Leticia Sierra en 'Lo que oculta la tierra', que nos lleva a la oscuridad y el terror instaurado por el franquismo en la posguerra, y finales del siglo XX, cuando las prejubilaciones mineras y la fallida reconversión industrial ya eran una triste realidad. De todo ello nos habla la autora, nacida en Pola de Siero y residente en Noreña, ambas localidades del Principado de Asturias, en esta entrevista.

Bekia: ¿Cómo surgió 'Lo que oculta la tierra?'
Leticia Sierra : 'Lo que oculta la Tierra' surgió en el año 2019 porque mi marido, que es de Turón, es oriundo del valle de Turón, me contó la historia. Me pareció tan inhumana, tan despiadada cómo ejecutaban allí a la gente y luego, sobre todo, que después de tres años de ejecutar gente en el pozo, lo taparon. Primero echaron escombro y hormigón y después construyeron una carretera por encima. De manera que estuvo escondido al mundo, es decir, se intentó esconder lo que había pasado en aquel pozo hasta el año 2003, cuando historiadora y un vecino de Turón se empeñaron en localizar dónde estaba y lo consiguieron.
B: Es una historia real que ocurrió en el valle de Turón y que incluso muchos asturianos, como tú misma, no lo supiste hasta 2019. Y yo tampoco hasta que leí el libro
L.S: En el Valle de Turón hay gente que no lo sabe. Pero es que fuera del Valle de Turón yo creo que no lo sabe nadie. Es una historia totalmente desconocida, pero es que es una historia desconocida por lo que te comento, porque hicieron desaparecer el pozo. Lo taparon con una carretera. Es decir, se intentó fingir que no había pasado nada, que no había ocurrido nada allí. Hasta el año 2003, que sale a la luz, lo sacan otra vez a la luz, desvían otra vez la carretera y sacan a la luz ese pozo. Pero desde 1940, que se dejó de utilizar para matar, asesinar a gente, estuvo totalmente escondido. De hecho, es una historia que prima el silencio sobre ella.

B: ¿Y qué hay ahora por allí?
L.S: Pues ahora lo puedes visitar. De hecho, hay un centro de interpretación. Ese pozo se empezó a profundizar en unas instalaciones mineras que se llamaban Fortuna, por eso el pozo se le conoce como Pozo Fortuna. Era una mina de montaña, y en esas instalaciones había una bocamina, había una carpintería, había una sala de máquinas, había un acceso al Pozo Santa Bárbara. Eran unas instalaciones. Entonces ahora está el Pozo Fortuna y luego está la antigua carpintería y un centro de interpretación. Se puede visitar y te cuentan la historia del valle, la historia de la minería y un poco todo lo que fue el Pozo Fortuna en aquella época.
B: Pero entiendo que no se sacó ningún cuerpo, que se dejó como está...
L.S: Se intentaron exhumar los cuerpos, pero no se pudo exhumar ninguno por el mal estado en el que estaban. Cuentan que echaban cal, capas y capas. Según iban tirando cuerpos e iba muriendo la gente, los cubrían de cal. Entre eso, que es un pozo que está medio inundado, los restos estaban en muy mal estado, muy deteriorados como para sacar ADN y poder identificarlos. Pero sí que se intentó.

B: ¿A cuánta gente asesinaron en la zona?
L.S: Con certeza no se sabe, pero la gente habla en torno a 400 personas. Venían camiones de todas partes. Venían camiones desde Oviedo, desde Grao, desde otros sitios de Asturias, incluso camiones desde León. No a toda, pero a mucha gente la tiraban con vida. Entonces no es una fosa común. No solamente usaron el pozo para enterrar a gente que ya estaba muerta, sino que utilizaban el pozo para ejecutar, como método de ejecución. Los tiraban vivos. Y había gente que tardaba días en morir.
B: Que es todavía más cruel, como el caso de lo que cuentas en la novela, el personaje de Margarita, que acaba ahí viva. Y en la historia hablas también, que es una trama que tiene mucho peso, porque hubo gente que acabó allí por eso, que era por lo que llamas las escrituras de sangre
L.S: Sí, el término escritura de sangre es un término que acuño yo, no es un término que exista. Es para definir los expolios que hubo en la zona, que hubo muchos. Y mucha gente acababa en el pozo por envidias vecinales, por codicia, por venganzas. Generalmente por lo que menos acababan era por estar en el bando perdedor. Acababan allí por motivos mucho más personales de lo que pensamos. Disfrazamos de ideología las pasiones humanas y los instintos humanos. Los disfrazamos de una ideología, y muchas veces la ideología solo es una excusa para dar rienda suelta a esos instintos.

B: Hay un personaje muy sabio que dice un par de frases: "La memoria se transmite de padres a hijos, el odio también", y "No hay que olvidar lo que el ser humano es capaz de hacer cuando tiene poder y oportunidad"
L.S: Efectivamente. Ese es el mensaje, más o menos. El ser humano, por andonomasia, es el ser más inhumano que existe. Da igual la época, da igual la bandera, da igual la ideología y da igual la religión. Si nos quitan el código penal y nos dejan actuar con impunidad, actuamos. Y a los hechos me remito.
B: Me decías que tu marido te contó esta historia en 2019. Y tú dijiste, quiero contar esta historia, pero con la trama de los asesinato, que es la parte ficcionada
L.S: Sí, es la parte ficcionada, pero ojo, está sustentada en hechos reales también. Porque la trama policíaca es ficción, pero se apoya en hechos que ocurrieron en ese año, en 1995, en la cuenca. Por ejemplo, el accidente del Pozo Nicolasa. El accidente del Pozo Nicolasa ocurrió el 31 de agosto de 1995. Por ejemplo, el cierre de las minas. El cierre de las minas empezó en la década de los 90. En el año 95 cerraron el último pozo del Valle, que era Santa Bárbara. Por ejemplo, las prejubilaciones mineras. Todo ese ambiente de crispación, de incertidumbre, de qué va a pasar, eso es real. Y adorna, le da empaque a la trama policíaca, que efectivamente es ficticia.

B: Como dice un personaje muy importante, Matías, el Miura, que no sé si en ese momento era Matías o era Miura, pero está subiendo a la casa donde se juntan los amigos y se fija que está todo más verde. Pero él dice que cuanto más verde está, más pobre es el valle, porque se está perdiendo toda la industria, toda la minería, todo el carbón, el sustento de allí
L.S: Claro, a mayor tonalidad de verde, menor es la esperanza para el Valle. Porque cuanto más verde es, implica que menos escombreras hay. Y si no hay escombreras es porque no hay mina. Entonces, esa reflexión de Matías es la reflexión de una persona que está prejubilada con cincuenta y pocos años, que está desahuciada profesionalmente y que está viendo cómo el sustento de su hijo o de sus nietos se está acabando con él. En cambio, hay otro personaje, el Cabo Arias, que es de Oviedo, y es la primera vez que pisa el Valle de Turón, y en cambio, donde uno ve verde y el otro ve gris. Para él es un paisaje gris, es un paisaje gris y triste, con demasiada poca tonalidad verde. En cambio, esa poca tonalidad verde para Miura es excesiva porque implica lo que implica.
B: Lo que comentas viene por la reconversión en Asturias, que dejó buenas pagas a los mineros, pero se llevó la esperanza para el futuro...
L.S: Y luego los puestos indirectos. El panadero, el taller mecánico, el cine o el transportista. Todos esos puestos indirectos, todos esos profesionales que trabajaban indirectamente para la mina, para Hunosa, se quedaron sin sustento también Al final, sí, te mandan para casa con una prejubilación que desde fuera puede parecer un chollo, te tocó la lotería, porque con 50 años, fíjate tú, en casa con el 100% del sueldo, ya. Pero ¿y ahora qué?

B: Porque además no ha habido alternativas en Asturias, ni tampoco en León. En Asturias y en León se cerraron muchas minas y no ha habido alternativas
L.S: Hombre, se supone que este cierre de la minería en Asturias fue un cierre subvencionado. Había unos fondos mineros para que se construyera un tejido alternativo a la mina. Lo que pasa es que no se hizo nada. Ese dinero, nadie sabe dónde está. Bueno, sí se sabe dónde está, en el bolsillo de unos cuantos, pero no se hizo absolutamente nada. Ni se construyó tejido alternativo, ni se dieron ningún tipo de alternativas de ninguna clase. No se hizo nada para paliar esa carencia con la que se quedaron las cuencas, pero dinero hubo. En Asturias hay edificios y sendas en Luanco y en Candás con fondos mineros. Me dirás a mí desde cuándo Candas y Luanco son zonas mineras, son cuencas mineras.
B: Volviendo a la novela, ¿quién es el personaje que más te gusta?
L.S: Tomasín. Sin ninguna duda. Me dio mucha pena despedirlo cuando terminé la novela. Es un personaje que me parece entrañable, que disfruté muchísimo con él a lo largo de toda la historia, que disfruté mucho creándolo, porque es el único personaje limpio, puro, transparente, que no tiene rencores, no tiene resentimientos, ni siquiera con él mismo, porque es un hombre que tuvo muy mala suerte, es un bebé que no tenía que haber nacido y aun así nació con un déficit de oxígeno que le provoca una discapacidad. Y él está reconciliado con su vida, consigo mismo, y no tiene resentimientos hacia nadie ni hacia nada. Entonces me parece un personaje de una nobleza importante, de una transparencia importante y sobre todo es un personaje que es el único que no habla en toda la novela y en cambio es el que más dice. Porque con todas las limitaciones que tiene, que son muchas, porque ni habla, ni puede comunicarse adecuadamente con los demás, en cambio él se arregla para hacerse oír en la historia, para hacerse oír con sus hermanos, para hacerse oír con la policía, de hecho él es la pieza clave con la que resuelve el caso, con las poquitas herramientas que él tiene, y luego es un personaje que lo quiere todo el valle, que es un personaje que si no lo ven bajar por la calle, la gente se preocupa, la gente lo echa de menos. Y en una sociedad tan individualista como la que vivimos, que una persona consiga eso, pues imagínate. Entonces para mí el personaje que más me gusta es Tomasín. Tomasín para mí es el lo más de lo más.

B: ¿Quién es el personaje que más te desagrada?
L.S: Hombre, hay unos cuantos que me desagradan. Me desagradan por supuestísimo las víctimas, me desagradan. Me desagrada Mencía, que es el sindicalista. Me desagrada el Rata, que es el traficante de drogas. Me desagrada Víctor el Constructor, me desagrada Matías, es uno de los que más me desagrada. Y sobre todo cuando empiezas a conocer a Matías, porque luego da un giro, un pequeño giro y evoluciona. Pero es un personaje que por lo que representa, por cómo se comporta, me parece... Vamos que yo si lo cruzo con él por la calle no le doy ni los buenos días.
B: ¿Y cómo ves el futuro del Valle de Turón?
L.S: Pues en realidad no tiene futuro, tiene presente y ya es bastante, es mucho. Que una cuenca minera en general y el Valle de Turón en particular tenga presente, pues ya es bastante.