SU HIJO SUFRIÓ LEUCEMIA

La extraordinaria historia que se esconde detrás de la gimnasta Oksana Chusovitina

La gimnasta volvió a competir en los Juegos Olímpicos para pagar los tratamientos que su hijo necesitaba después de que a éste le detectaran leucemia.

María González 11 Agosto 2016 en Bekia

Galería: Juegos Olímpicos de Rio 2016

Detrás de la gimnasta Oksana Chusovitina hay una traumática historia que hace que su logro en Río sea aún más notable, ya que ha competido en todos los Juegos Olímpicos desde el año 1992.

Con su competición en estos JJOO está dejando claro que es una luchadora y es que se está enfrentando a competidores de la edad de su hijo, es decir, chicos de 17 años de edad, que en un futuro podrán presumir de haber competido junto a una leyenda.

Con el nacimiento de su hijo, Alisher, dejó la gimnasia, pero al diagnosticarle leucemia con tan solo 3 años de edad, la gimnasta decidió retomar esta disciplina para recaudar el dinero para el tratamiento de su hijo. Además ella dice que si hubiera lesionado, no habría sido capaz de recaudar el dinero que necesitaba para el tratamiento de su hijo. Y fue su lucha contra la muerte la que le llevó a superarse continuamente.

¿Cómo se entero de que su hijo tenía leucemia?

Fue en 2002 cuando Oksana estaba en su camino de regreso de Busan, donde ella y su marido luchador Bakhtier Kurbanov, habían estado compitiendo en los Juegos Asiáticos, cuando recibió una llamada telefónica de su madre Nadezhda, que estaba cuidando a su pequeño Alisher.

Su madre le explicó que su hijo había tosido con sangre de repente, y que le habían llevado al hospital en una ambulancia con sospechas de que podría tratarse de una neumonía. Pero mientras que regresaron a casa aturdidos por la fatal noticia, los médicos diagnosticaron algo más serio, Leucemia.

Oksana supo inmediatamente que en su tierra natal sería imposible salvar a su hijo. Tras esto la gimnasta decidió que su hijo recibiera el tratamiento en Alemania: "Los médicos estuvieron de acuerdo en Colonia para tratar Alisher, pero con la condición de que tenía que pagar por el tratamiento, que era muy caro y no teníamos ni un centavo".

Oksana y su marido Bakhtier vendieron su apartamento de tres dormitorios en Tashkent y dos coches, pero esto no cubren ni la mitad del coste del tratamiento, gracias a las ayudas de diversas fundaciones consiguió costear el tratamiento de su hijo: "Fue entonces cuando se dio cuenta de que hay más gente buena que mala. Muchas personas ayudaron".

Como no tenían suficiente dinero, Oksana accedió a competir por Alemania en los Juegos Olímpicos. El resto del dinero se pagó por las autoridades deportivas alemanas. Al principio Uzbekistán funcionarios no les gusto su propuesta de representar a Alemania, pero ella luchó con todas sus fuerzas y se fue a Tashkent y les rogó que se lo permitieran por el bien de su hijo: "Estuve de acuerdo en que sólo por mi hijo", asegura la gimnasta. Hoy día, su hijo ya se encuentra totalmente recuperado, gracias al esfuerzo de su madre, un ejemplo de lucha y superación para todo el mundo.