Ana Julia Quezada exige mayor seguridad a los funcionarios de la prisión almeriense de El Acebuche tras haber sufrido algunos ataques verbales por parte de varias internas en las pocas ocasiones que ha coincido con ellas durante los pocos días que lleva encarcelada, según ha informado El Confidencial Digital.
Ana Julia Quezada en un furgón de la Guardia Civil transportada a los Juzgados de AlmeríaNada más entrar en prisión, los funcionarios de Prisiones determinaron un régimen de alta seguridad para prevenir que Ana Julia se suicidara. Por eso, establecieron una acompañante durante las veinticuatro horas del día por otra presa de confianza para Quezada . Además, ha sido sometida a un tratamiento médico para calmar su estado de ánimo.
La asesina de Gabriel se pasa los días prácticamente confinada en su habitación, ya que ni siquiera tiene que salir para ir al comedor para la hora del almuerzo o la cena. En condiciones normales, los presos pueden acceder al patio o a la sala de televisión, pero los directivos de El Acebuche creen que lo más conveniente es alejar a Quezada del resto de presas hasta que se adapte dentro.
Las presas ya avisaron a Ana Julia
Antes de que entrase a prisión, las reclusas aseguraron que estarían dispuestas a 'vengarse' por lo del pequeño Gabriel, ya que la mayoría de las internas son gitanas y para ellas "los niños son sagrados". Por ahora, Quezada ha recibido algún ataque verbal en las pocas veces que ha coincidido con las otras 42 reclusas. Tras pedir un aumento de protección para evitar amenazas, los funcionarios no han tomado ninguna solución al respecto.
