Juan Carlos I no dudó en enviar dinero a la Princesa Diana cuando le hizo falta.
El Rey Juan Carlos parece ser una persona generosa que no duda en prestar o donar dinero a la gente que quiere. Si a Corinna le donó nada más y nada menos que 65 millones de euros provenientes de Arabia Saudi, y habría regalado en torno a un millón a Marta Gayá, hizo algo parecido, pero con una cantidad mucho más pequeña, con Lady Di.Corría el año 1993. La Princesa Diana ya se había separado del Príncipe Carlos, aunque todavía faltaban dos años para la investigada entrevista a Panorama que derivó en el divorcio. Lady Di no tenía por qué tener problemas de dinero, pero se topó con un chantaje con el que quiso ayudarle Juan Carlos de Borbón.
Kitty Kelley publicó en su libro 'Los Windsor' que el Rey Juan Carlos transfirió 45.000 dólares a Lady Di para que hiciera frente a un chantaje. Sucedió cuando la Princesa Diana acudía al gimnasio L.A. Fitness de Londres. El propietario, Bryce Taylor, instaló una cámara escondida en el techo justo encima de uno de los aparatos en los que Lady Di solía ejercitarse. Se sacaron de ahí unas fotos y se le pidieron 45.000 dólares para no publicarlas.
Fue en ese momento en el que el Rey Juan Carlos se ofreció a ayudar a la Princesa Diana, y aunque le envió el dinero, las fotos se vendieron al Sunday Mirror. Se desconoce qué pasó con el dinero, pero sí se sabe que la Princesa Diana emprendió acciones legales y consiguió no solo una disculpa pública, sino que Mirror Group Newspapers se hiciera cargo de las costas legales y destinara 200.000 libras a organizaciones benéficas. También hubo acuerdo con Bryce Taylor.La buena relación entre el Rey Juan Carlos y Lady Di
Lo llamativo es la intervención del Rey Juan Carlos en este asunto, que no habría dudado en ayudar a la Princesa Diana a pesar de su ruptura con el Príncipe de Gales, primo segundo de la Reina Sofía y sobrino cuarto del propio Juan Carlos de Borbón. Quizás se debiera a la estrecha relación desarrollada durante las visitas oficiales y sobre todo en los dos veranos en los que los Príncipes de Gales y sus hijos fueron invitados a Marivent.