Una estrategia peligrosa
Se producirse, el juicio del Príncipe Andrés será en el mismo año del Jubileo de Platino de la Reina Isabel, robando gran parte de protagonismo a esta importante cita. El hecho de que el Duque de York haya insistido ahora en ser juzgado ha caído como un jarro de agua fría en la Familia Real Británica, ya que es muy probable que sea interrogado por uno de los abogados más temidos de los Estados Unidos.
Se espera que, en esta declaración, el Príncipe Andrés tenga que responder a preguntas muy controvertidas, como el contenido de sus conversaciones personales con la Reina Isabel o cuestiones relativas a su vida sexual. Unos argumentos que justificarían el interés de la monarca británica para que su hijo renunciara rápidamente a sus patrocinios reales y continuase este proceso judicial como ciudadano privado.
Los expertos aseguran que el Príncipe Andrés aún está a tiempo de evitar que los actos del Jubileo Platino y la propia imagen de la Monarquía se vean empañados, ya que se habría planteado un acuerdo extrajudicial de 10 millones de libras con Virginia Giuffre para poner fin a este asunto, una hipótesis que toma fuerza si se tiene en cuenta el debate sobre la importancia de la Monarquía que ello suscitará y el impacto que los testimonios y pruebas podrían tener en su imagen.