Mientras la Casa Real Británica se enfrentaba a unas semanas muy duras debido a la revelación de que Carlos III tenía cáncer y a la ausencia de Kate Middleton, que en aquellos momentos todavía no había contado que tenía la misma enfermedad, la Familia Real Británica sufrió una enorme desgracia por la muerte de Thomas Kingston, marido de Lady Gabriella Windsor.
El financiero se suicidó en febrero de 2024 en casa de sus padres, en los Cotswolds, una tragedia que llenó de dolor a los Kingston, a su viuda, Lady Gabriella Windsor, y al resto de la Familia Real Británica. Poco a poco se conocieron más detalles, como que Thomas Kingston, que se había unido en el pasado a la Unidad de Misiones Diplomáticas del Ministerio de Asuntos Exteriores en Irak y fue negociador de rehenes, sufría ansiedad y depresión y recibía tratamiento.
Además, durante la investigación sobre la muerte de Kingston, la hija de los Príncipes Michael de Kent declaró que la decisión de su marido de quitarse la vida fue impulsiva y probablemente causada por una reacción a los medicamentos que le habían recetado para sus problemas de salud mental, cuando se le cambió la medicación: "Creo que cualquier persona que tome pastillas como estas debe ser más consciente de los efectos secundarios para evitar muertes futuras. Si esto le pudo pasar a Tom, le podría pasar a cualquiera ".
Un año después de la tragedia, los padres del fallecido, Martin y Jill Kingston, concedieron una entrevista al programa 'Today' de BBC Radio 4, donde han recordado cómo era su hijo, han hablado sobre cómo fueron sus últimas horas de vida y han señalado el peligro que pueden suponer los efecto secundarios de los antidepresivos.
Las duras palabras de Martin y Jill Kingston
"Me gustaría que lo recordaran como alguien con una gran sonrisa en la cara que ayudaba a la gente a hacer cosas difíciles", dijo su padre, que añadió que era alegre, lleno de vida y solidario. Por otro lado, su madre rememoró cómo fueron las últimas horas de vida de Thomas Kingston y señaló que durante aquel último almuerzo nada hacía presagiar la tragedia: " Fue todo normal y divertido. Nos reímos de varias cosas. No había nada que nos despertara sospechas ".

Tras la comida estuvieron leyendo en una habitación de casa de los Kingston con chimenea y se quedaron dormidos. Martin Kingston salió a caminar y Thomas fue a su coche para coger algunas cosas que había traído de Londres, donde vivía con su mujer, Lady Gabriella Windsor, y que quería dejar en casa de sus padres. Sin embargo, nunca volvió.
"Había una habitación cercana donde él habría puesto todas sus cosas, así que supimos que había subido allí y fue a buscarlo. Cuando subí, todo estaba en silencio y él obviamente no estaba allí, así que regresé a la casa y revisé su habitación y todas sus maletas estaban listas para regresar a Londres, así que volví a subir y fue entonces cuando noté que la puerta estaba cerrada", contó Jill Kingston, lo que provocó que Martin Kingston tuviera que echar la puerta abajo. Fue entonces cuando se encontró con el cuerpo sin vida de su hijo, que tenía una herida de bala y un arma junto a él.

Además, los Kingston han pedido que se cambie en Reino Unido la forma en la que se prescriben determinados medicamentos para que se advierta mejor a los pacientes sobre los riesgos y los efectos secundarios, incluido lo que puede ocurrir si dejan de tomarlos. Los padres de Thomas Kingston quieren que los pacientes firmen un documento confirmando que se les ha informado sobre los problemas que pueden causar tanto tomar, como dejar la medicación, y que además se informara también a alguien cercano al paciente.