Pablo Urdangarin ha repetido fórmula este verano: escapada con amigos, deportes acuáticos y cero exposición mediática. Esta vez, el destino ha sido Canarias, donde ha practicado surf, submarinismo y ha disfrutado de salidas nocturnas con su círculo más cercano, según ha publicado Vanitatis. La ausencia de Johanna Zott, su pareja desde hace más de dos años, ha llamado la atención, aunque no es la primera vez que hacen planes por separado.
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Pablo Urdangarin y Johanna Zott en las gradas del Palau d'Esports de GranollersQuienes lo han visto estos días destacan su actitud relajada y su perfil reservado. Pablo se mueve con soltura sobre la tabla y mantiene una rutina activa, lejos del foco mediático. La elección del archipiélago refuerza su gusto por los destinos naturales y tranquilos, donde puede desconectar antes de volver a la competición.
Mientras tanto, en Barcelona, la Infanta Cristina supervisa la reforma del piso familiar en Pedralbes, que todo apunta será ocupado por Pablo una vez finalicen los trabajos.El joven ha estado implicado personalmente en el proyecto, revisando avances y gestionando detalles con los responsables de la obra. El inmueble será su refugio en esta nueva etapa.
Pablo Urdangarin jugando un partido de balonmano en GranollersLa escapada coincide con el inicio de la pretemporada del Fraikin Granollers, equipo con el que ha renovado recientemente. Pablo se ha consolidado como una promesa del balonmano español y encara una etapa decisiva tanto en lo deportivo como en lo personal. Su evolución en el campo y su implicación fuera de él lo perfilan como un joven disciplinado y consciente de su papel público.
Un respiro antes del salto
Con el calendario de partidos ya marcado y la reforma en marcha, Pablo ha aprovechado estos días para recargar pilas. Siempre discreto, siempre en equilibrio, y siempre (aunque sin quererlo del todo) en el centro de la atención, pero disfrutando alejado de todo junto a sus amistades más cercanas.
