Galería: La Familia Real Noruega en imágenes
La situación de la Casa Real Noruega atraviesa uno de sus momentos más delicados tras conocerse que Marius Borg, hijo mayor de la Princesa Mette-Marit, está siendo investigado por 23 delitos, entre ellos abuso sexual, violencia y amenazas. A pesar de estar inmerso en un proceso legal de gran envergadura, Marius fue visto recientemente disfrutando de unas vacaciones en Portugal junto a su padrastro, el Príncipe heredero Haakon, y su medio hermano Sverre Magnus.
-
-
-
-
-
-
-
Marius Borg Høiby e Ingrid Alexandra de Noruega en el Día Nacional de Noruega en SkaugumLa revelación de que Marius Borg poseía un pasaporte diplomático desde la infancia ha provocado una oleada de críticas en el país. Su uso por parte del hijo de Mette-Marit, quien no ostenta ningún título ni función institucionaL, ha sido considerado un abuso de poder y un agravio frente a las normas democráticas del país. La reacción del Ministerio de Asuntos Exteriores fue inmediata: la revocación del pasaporte y el anuncio de una reforma legal para impedir nuevos abusos.
Ante el revuelo social y mediático, el gobierno noruego ha modificado con rapidez la normativa relacionada con la concesión de pasaportes diplomáticos. A partir de ahora, solo miembros activos de la realeza y personalidades con funciones oficiales podrán beneficiarse de este tipo de documento. Además, los familiares sin títulos perderán automáticamente el privilegio al cumplir la mayoría de edad.
Silencio real y grietas internas
Mientras la tormenta informativa crece, la Casa Real Noruega ha optado por el silencio. Ni Haakon ni Mette-Marit han realizado declaraciones sobre la situación legal de Marius ni sobre la retirada de su pasaporte. Durante su última entrevista anual, vetaron cualquier pregunta relacionada con el caso. En paralelo, medios daneses han calificado la situación como un "desastre de relaciones públicas".
La Princesa Ingrid Alexandra de Noruega acompañada por sus hermanos, sus padres y sus abuelos en el día de su ConfirmaciónLa figura de Marius Borg nunca ha sido ajena a la polémica. Desde su primera detención en agosto del año pasado, la opinión pública lo ha señalado como un símbolo del descontrol en los márgenes de la familia real. Aunque ha reconocido algunos de los cargos que se le imputan, su actitud desafiante en redes sociales y su falta de arrepentimiento han intensificado el rechazo social.
