La Reina Letizia gana la partida a Angélica Rivera en la cena de gala en México junto al Rey Felipe y Peña Nieto

La cena de gala que el Presidente de México y su mujer, Angélica Rivera, ofrecieron a los Reyes de España en el Palacio Nacional fue, sin duda el acto más esperado e importante de una jornada maratoniana. Enrique Peña Nieto demostró durante todo el día ser un anfitrión estupendo, primero ofreció a los Reyes una calurosa bienvenida en el Campo de Marte, después compartieron almuerzo y, por último, tuvo lugar esta cena.

Para el acto la Reina Letizia volvió a apostar por el color que mejor le sienta y con el que es imposible ganarla, el rojo. Estrenó un vestido de escote asimétrico en gipur tricolor, amapola, coral y marsala, bordado a mano en cristal de Swarovski Siam y, como no podía ser de otra manera, firmado por su diseñador de cabecera, Felipe Varela.

Como complementos, un bolso baguette confeccionado en piel de pitón de Felipe Varela, valorado en 570€ y los bonitos pendientes de diamantes en forma de lágrima que estrenó en Honduras hace un mes y, para los pies, unas sandalias de Magrit en color nude. Todo ello coronado con un elegante recogido de trenzas y labios en rojo.

Y si la Reina apostó y ganó con el rojo, la primera Dama de México, Angélica Rivera, se decantó por el negro. Llevó un elegante vestido largo de estilo años veinte con flecos en la falda. Un conjunto con el que si bien estaba espectacular, no pudo contra la Reina, que siempre que apuesta por el rojo gana.

Durante la cena, Don Felipe resaltó la "cercanía y fortaleza" que unen a ambos países y que tanto España como México se encuentran en un momento de "evolución política, social y económica", con sociedades "que reclaman siempre, con justicia, l as cotas más altas de exigencia y de compromiso ético". Para ello el Monarca abogó por "respuestas efectivas, precisas y directas que satisfagan las demandas" de los ciudadanos.

Además el Rey destacó la relación cultural, lingüística y de cooperación entre España y México, y agradeció el apoyo del país azteca en la candidatura al Consejo de Seguridad de la ONU y también el apoyo de España a México en el proceso de modernización y diversificación en sus relaciones con la Unión Europea.

Los Reyes, nombrados 'Huéspedes Distinguidos de Ciudad de México

Antes de la cena, Don Felipe y Doña Letizia se desplazaron al ayuntamiento de Ciudad de México, que fue el escenario donde tuvo lugar uno de los momentos más emotivos de la jornada. Acompañados del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Margallo, los Reyes se reunieron con el jefe del Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Allí, Mancera les nombró 'Huéspedes Distinguidos', les impuso las medallas que los acreditan como tales y les entregó un pergamino y la llave de la ciudad.

Visiblemente emocionado, el Rey agradeció el gesto durante su discurso, "la emoción tan especial que la Reina y yo sentimos por el honor que supone ser recibidos por el Gobierno de la Ciudad de México con nuestro nombramiento como Huéspedes Distinguidos y por recibir de usted las llaves de esta gran metrópoli, tan rica en historia y vitalidad humana, tan inmensa y pasional, y que camina con fuerza proyectándose hacia el futuro".

Asimismo, Don Felipe afirmó que a través de esta distinción es, tanto para él como para Doña Letizia, toda una invitación para convertirse en 'chilangos' y "formar parte de la apasionante aventura cotidiana que es sentirse ciudadanos de una de las ciudades más bellas y fascinantes del mundo". El Rey quiso recordar la coexistencia, desde el principio de la historia, de españoles en la Ciudad de México, por lo que ahora muchos mexicanos "comparten lazos de sangre y de cultura con España", dijo. Además quiso hacer una mención especial a la "emigración española del exilio entre los años 30 y 40 del pasado siglo, de marcado carácter intelectual, que dio origen a instituciones de tanto prestigio como la Casa de España en México, años más tarde convertido en el Colegio de México". Precisamente, la misma Doña Letizia pasó una parte de su juventud en el país americano, donde se perfeccionó como periodista y como persona. Es por ello que este viaje tiene un sentido especial para la Reina, a quien se vio exultante de emoción.

Para la ocasión la Reina llevó puesto el vestido que estrenó en la Comunión de la Princesa Leonor. Se trata de un modelo de seda cady y en color agua marina firmado por Felipe Varela. Sin embargo, al contrario que en aquella ocasión, Doña Letizia lo ha combinado con una chaqueta tweed de verano con ribete de seda a juego. De todo el look los zapatos han sido el único elemento de estreno, unas sandalias en tono nude de Magrit. Como complementos, un bolso a tono realizado en charol, también de Felipe Varela, unos pendientes de Tous en oro amarillo de 18 kilates, rubí y crisopasa, que estrenó el pasado mayo en una salida privada. Por su parte, el Rey Felipe acudió con un elegante traje gris Oxford, con corbata y camisa lila a juego. Un atuendo muy elegante que combinaba a la perfección con el de la Reina.