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Continúan las tensiones en la casa de Hannover. El pasado 16 de marzo el Príncipe Ernesto Augusto de Hannover y Ekaterina Malysheva fueron padres por segunda vez de un varón que, a seguir la tradición familiar, debería llamarse Ernesto Augusto.
Sin embargo, la pareja real no ha querido cumplir la costumbre de que el primer varón de la dinastía Hannover reciba el nombre de Ernesto Augusto como en las últimas cinco generaciones. La pareja real llamará a su hijo Augusto pero omitirá el primer nombre: Ernesto.
Ahora, según revela la revista alemana Bunte, el todavía marido de Carolina de Mónaco se habría negado a reconocer a su nuevo nieto como heredero legítimo de la Casa de Hannover. En consecuencia, el bebé ha recibido únicamente el nombre de Augusto, poniendo fin a cinco generaciones de 'Ernestos Augustos'.
Una familia enfrentada
Tras este cúmulo de decisiones se esconde la mala relación que mantienen, desde hace años, el actual jefe de la Casa, Ernesto Augusto de Hannover, y su primogénito y heredero. En diciembre de 2018, Ernesto de Hannover declaraba la guerra a su hijo por su decisión de ceder por 1 euro al Estado el castillo de Marienburg, sede de la Casa Hannover, ya que no podían asumir la reforma y mantenimiento.
Padre e hijo llegaron a amenazarse con ir a los tribunales, una disputa que ni siquiera los recientes problemas de salud de Ernesto de Hannover, operado de un tumor en el cuello, lograron solventar. Esta diferencia de opiniones entre ambos no fue la primera, pues en su día Ernesto de Hannover ya se opuso abiertamente a la boda de su hijo con Ekaterina Malysheva alegando que la "preservación de los intereses de la Casa de Hannover" estaba en peligro.

