Isa Pantoja acaba de convertirse en madre de su segundo hijo, Cairo, fruto de su relación con Asraf Beno, y lo que debería haber sido un momento de absoluta felicidad se ha transformado en una experiencia emocionalmente devastadora. En una entrevista con Lecturas, ha compartido que su posparto está siendo mucho más complejo de lo que imaginaba. "He vivido un embarazo idílico y ahora me ha azotado la realidad de una manera que no me esperaba ", confiesa. La influencer admite que la tristeza le llegó incluso antes del nacimiento: "Una semana antes ya lloraba. Me daba pena que naciera porque iba a dejar de ser solo mío ".

Isa admite sentirse sola e incomprendida. Ni Isabel Pantoja ni Kiko Rivera se pusieron en contacto con ella tras el nacimiento del bebé. " María del Monte fue la única de mi familia que me escribió al nacer mi hijo ", revela. Este distanciamiento ha acentuado sus bajones emocionales, que se intensifican por las noches, cuando revive con nostalgia su embarazo. "Me ponía a ver fotos de las ecografías con el bebé al lado... y lloraba sin parar. Está aquí mi bebé, pero ya no somos uno".
"Algunos días no me puedo levantar de la cama", reconoce. Relata cómo una noche entera de dolor físico y emocional le impidió siquiera afrontar la rutina. "Me dolía la espalda, la cabeza, estaba agotada, llorando... al final me quedé con él en la habitación, pero no me levanté". Además, confiesa que al principio reprimía sus emociones. Fue su psicóloga quien le recomendó permitirse llorar y dejar de esconder su tristeza. " Intento disfrutar del presente, pero no siempre lo consigo ", admite.
La importancia de pedir ayuda
Ante la intensidad de sus emociones, Isa ha tomado la valiente decisión de pedir ayuda profesional. Asistir a terapia psicológica ha marcado un antes y un después en su estado de ánimo. " Estoy mejor porque voy a la psicóloga. Tengo mis momentos de bajón, pero estoy haciendo lo posible por salir de esto ", explica. También ha buscado soluciones para mejorar el bienestar de su bebé que sufre de cólicos, llevándolo al fisiopediatra con buenos resultados.
A diferencia de su primer posparto, ha decidido no recibir visitas en casa, priorizando la intimidad con su familia directa. " Quiero vivir esto con Asraf, involucrarlo al 50 % ", explica. Esta decisión les ha permitido reforzar su vínculo como pareja y como padres. Aunque reconoce que le duele no haber podido vivir algo así cuando fue madre joven por primera vez, ahora intenta compensarlo viviendo intensamente cada momento con Cairo.